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Cosas que pasanAlfonso Ussía

De Putin al Congo

Lástima que no tengamos a un gran juglar para sintetizarnos en una melodía lo que está sucediendo en Rusia

Ayer escribí que no me ocupaba de Putin porque ni Putin sabe lo que está sucediendo en Rusia. El periodismo español está igualmente confuso. Y el inglés, el francés, el alemán y el norteamericano. Que si Putin abandonó el Kremlin y huyó a San Petersburgo. Que si los de Wagner fueron acusados de traición y posteriormente perdonados. Que han exigido que el ministro Shoigú sea expulsado inmediatamente. Que Rusia está enfrentada. Que Rusia se mantiene unida… Un barulllo. Me recuerda a la inolvidable melodía con letra de José Pal Latorre que cantaba Dodó Escolá cuando la revolución en el Congo Belga.

«La Nova Cançó» y Luis Llach con «L'Estaca», muy especialmente, era un coñazo tamaño baño. A mí, personalmente, el único trovador catalán que me ha interesado es Dodó Escolá. Fue el insuperable creador de una triste y bella balada acerca del amor imposible de una naranja y un limón. La naranja y el limón, en árboles inmediatos, crecieron y maduraron compartiendo un amor de muy complicada culminación. Y la tragedia puso fin a sus expectativas. Tanto el limón como la naranja eran heterosexuales, lo que da a entender la singular grandeza de aquel amor imposible. Y se miraban, se entendían y se hablaban de frutal a frutal hasta…

Que un mal día, triste día,
Llegó un barco naranjero,
Y a su media naranjita
Se llevó hasta el extranjero,
Y el limón del limonero
De angustia y pena, se murió.
Y aquí termina esta historia de amor
¡Por culpa de la exportacióóóón!

Genial y preciosa balada, digna de Theodorakis.

Y llegó lo del Congo. El diario ABC envió de corresponsal a Luis María Ansón, ni más ni menos. Y Ansón fue el que mejor entendió aquel conflicto revolucionario. Y adornaba sus crónicas con versos elegidos de poetas congoleños, enriqueciendo sus informaciones con referencias culturales. Pero el resto de enviados especiales no se enteró de nada, porque lo del Congo cambiaba días tras día, y los revolucionarios no terminaban de ponerse de acuerdo, excepto en su aborrecimiento a los belgas, a todas luces comprensible. Lo que sucede en Rusia es un libro abierto comparado con lo que aconteció en el Congo. Y el gran Dodó Escolá lo resumió en una didáctica canción que pasó, por desgracia, desapercibida.

¿Qué pasa en el Congo? ¿Qué pasa en el Congo?
¡Que a blanco que pillan le hacen mondongo!
Ayer fue Kasabuvu
Quien mandaba en el Congo,
Y le dijo Lumumba:
¡Quítate que me pongo!
Katanga, Lumumba,
Lumumba, Katanga,
¡Menuda mandanga
Que tiene el gachó!

Eso, Kasabuvu, Lumumba, Tshombé, Mobutu… Cuando Tshombé se vio perdido, compró una casa con parcela de dos hectáreas en La Moraleja, pero no pudo disfrutarla, porque también a él le hicieron mondongo.

Lástima que no tengamos a un gran juglar para sintetizarnos en una melodía lo que está sucediendo en Rusia.

¿En Rusia qué ocurre? ¿En Rusia qué ocurre?
¡Que buscan a Putin y Putin se escurre!

Hasta el momento, es el único hecho verídico que puedo garantizar después de una larga vida de comentarista de asuntos internacionales. He escrito en más de una ocasión, arriesgando mi vida, contra el Baile de la Rosa del Principado de Mónaco.

De hoy a mañana, todo puede ocurrir. Y no descarto que Putin termine –con Putina o sin Putina– como Nicolás y Elena Ceaucescu. No se lo tomen a broma.