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HorizonteRamón Pérez-Maura

Tengo miedo: el mentiroso gana

Clinton salió a hacer una declaración preguntando 'What's sex?' Qué es sexo. Y en la línea de Clinton, Sánchez pregunta qué es mentir. Está que se sale. Con perdón

Actualizada 07:58

Confieso que a lo largo de la campaña tengo la sensación de que Pedro Sánchez está siendo capaz de revivir un cadáver. Sabemos que el revivir a un muerto es algo milagroso. Sólo un milagro puede devolver la vida a un difunto. Y sólo Dios hace milagros. Lo fascinante es que esta vez el milagro parece estar practicándolo el propio Sánchez sobre sí mismo. Y eso en verdad es único. Sin precedentes en la historia de la Humanidad.

Me tranquiliza escuchar de cuando en vez los mensajes de mi instituto demoscópico favorito que asegura que la marcha del PP es ascendente. Pero aún así, este nuevo modelo de campaña sin pisar la calle y ocupando todos los medios de comunicación es una forma de hacer campaña de resultados sin contrastar.

Sánchez nos explicó el martes por la noche en Antena 3 que hay una conspiración mediática contra él. Una conspiración en la que diverge la opinión pública y la opinión publicada. La opinión pública le es favorable, según explica José Félix Tezanos a quien le coge el teléfono –no se si igualmente a quien la llama– pero la opinión publicada implica una gran conspiración que hay en marcha y en la que deben estar incluidos medios como La Sexta, la SER, El País, RTVE o Antena 3 a la que escogió para ir a martirizarse el martes.

Una afirmación que pasó más o menos desapercibida entre las muchas mentiras que dijo: que él es el único presidente que no ha dado licencias de televisión o radio a amigos. Sin duda es cierto, salvo que olvidó explicar que ya no le queda ni un amigo sin licencia y tampoco necesita agraciar a más empresas españolas de ese sector. Las ondas no tienen mucha capacidad más para las emisiones. Pero la mejor prueba de su forma de mentir se da en los asistentes. Porque en el acuerdo con Moncloa para la entrevista, A3Media ha pactado que el publico lo trae el entrevistado. De ahí como le aclamaban. Ya sabemos que en los programas de entretenimiento se suele encender un cartel son la palabra «aplaudan» en el momento oportuno y para el público distraído. Aquí no hacía falta. Y en la mejor línea del grupo Planeta, el mismo martes, el alcalde de una gran localidad al oeste de Madrid, y presidente del PP local, buscaba desesperadamente a cuatro simpatizantes más de Feijóo que estuvieran dispuestos para acudir como clack anoche. Las «verdades» del directo televisivo de nuestros días.

Sánchez presentó su lustro presidencial como un martirologio y lo peor es que resultó creíble. Ése fue mi momento de mayor depresión: «El mentiroso gana» concluí. Y gana acosando al entrevistador. No le daba espacio. Demostró a lo largo de toda la entrevista que no necesitaba escuchar la pregunta porque ya tenía lista la respuesta. Y, desde luego, demostró que sus radicales cambios de discurso –lo que según el diccionario es una «mentira»– son muy frecuentes y se tienen que deber a que él tiene una percepción de la realidad superior a la de todos nosotros. Para mí el momento insuperable de la noche llegó cuando se atrevió a espetar a Pablo Motos «¿qué es mentir?». Y él, que se comparó con Adolfo Suárez o Felipe González, ahí ya se salió. Porque se comparó con Bill Clinton. ¿O no recuerdan cuando pillaron el lío sexual del presidente norteamericano con la becaria Monika Lewinsky en el Despacho Oral? Clinton salió a hacer una declaración preguntando What’s sex? -«¿Qué es sexo?». Y en la línea de Clinton, Sánchez pregunta qué es mentir. Está que se sale –con perdón. El mentiroso puede ganar.

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