La mayor trola de la campaña
Al contrario que el CIS de Tezanos, nuestra encuesta de hoy tiene intención de acertar, no de crear una corriente de opinión favorable a aquello que nos gustaría que pasara
Hay dos diferencias entre el CIS de Tezanos y la encuesta que publicamos hoy. En verdad hay muchas más, pero no me quiero extender. La primera es que el CIS lo pagamos entre todos, y generosamente además, pues Sánchez ha elevado su presupuesto de 8,7 millones anuales a 12,65. La segunda es que nuestro sondeo está hecho con vocación de acertar, y no de crear un estado de opinión favorable a aquello que nos gustaría que ocurriera. Es decir, no confundimos deseo con realidad, como le pasa al sociólogo de cabecera del partido socialista.
De acuerdo con la encuesta que publicamos hoy, PP y Vox alcanzarían la mayoría absoluta tanto en la estimación más pesimista como en la más optimista para con la derecha. La segunda lectura inmediata es que el PSOE experimenta un ligero repunte, pero ni se acerca a una mayoría suficiente con Sumar, que empeoraría el resultado que ya tenía Podemos. Yolanda Díaz, tan buena que se cree, no sería capaz de mejorar aquello que asaltó sin primarias y clavando el piolet de sus tacones en la nuca de Montero y Echenique.
Encuestas como la de hoy se hacen necesarias ante la desvergüenza del CIS, que este miércoles daba mayoría absoluta a PSOE y Sumar con una intención bien definida: hacer creer a la gente que votando al PSOE no están votando a todo aquello que nos ha gobernado los últimos cinco años, a saber: Esquerra, Bildu y todo lo que arde a la zurda de Sánchez.
Sobre el ligero repunte del PSOE, y que detectan la mayoría de las encuestas, hay razones matemáticas que lo justifican. En nuestro sondeo del mes de junio, el porcentaje de indecisos entre los electores de la derecha era de un 3,5 % y ahora es de un 5,5 % (es decir, ha crecido levemente). Sin embargo, el porcentaje de indecisos entre los votantes potenciales de PSOE y la izquierda radical ha bajado en un mes del 18 % al 9 % (se ha reducido a la mitad).
¿Quiere decir esto que la remontada es posible? Yo me permito dudarlo, pues la derecha sigue tan movilizada que iría a votar en barca de pedales si hiciera falta. Sánchez no mejorará nunca su resultado de 2019 y el proyecto de Yolanda Díaz no despierta el interés necesario como para reflotar la herencia criminal de Podemos, que sigue sin pedir perdón por excarcelar a más de cien violadores y pederastas.
A dos semanas de las elecciones el diagnóstico parece claro: los españoles desean un gobierno del PP con la participación y supervisión (ya veremos cómo) de Vox. Han sido cinco años de fiscalidad agresiva, de un CIS fraudulento y de una genuflexión constante a partidos que no representan el sentir mayoritario de la sociedad. Solo así se explica que Sánchez, tan empeñado como está en pasar a la historia, acabe como el primer presidente que no revalida mandato desde la Transición.