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Cosas que pasanAlfonso Ussía

El primer 'Play Boy'

El marqués de Santillana, además de un titán del senderismo, era un mirón que siempre sorprendía a su deseada. Y triunfaba plenamente

He leído que este chico que se acaba de casar es “el último 'Play Boy. Las facilidades que da la vida han extinguido a los 'play boys', los conquistadores profesionales. En España, el último 'play boy' de verdad fue Alfonso Cabeza de Vaca y Leighton, marqués de Portago. El primer piloto de Fórmula Uno español, integrado en Ferrari, fallecido en la Mil Millas De Guisizzolo, a los 28 años de edad. Olímpico y jefe del equipo español de Bobsleigh. Multimillonario, deportista fabuloso e irresistible para las mujeres de sus tiempos. Portago fue el último, y el primero, otro marqués, Iñigo López de Mendoza, II marqués de Santillana, en el siglo XV. Y entre ellos, Juan de Tassis, II Conde de Villamediana, poeta satírico del Siglo de Oro, amante de la Reina Isabel de Borbón, y asesinado en la calle Mayor de Madrid, esquina a Coloredos, por los cuernos de Felipe IV y las envidias del Conde-Duque de Olivares, aquel ilustre mamón. En un festejo taurino celebrado en la Plaza Mayor de Madrid, Villamediana actuó de picador, y después de bordar la suerte, la Reina Isabel aplaudió entusiasmada su valor y pericia, y le comentó al Rey. –Pica muy bien Villamediana-. Y el Rey respondió visiblemente afectado: - Pica bien, pero muy alto-. Siempre con sus deudas, sus ardientes romances y sus elegantes vestidos. Escribió de un tal Vergel.

¡Qué galán que entró Vergel
​Con cintillas de diamantes!
​Diamantes que fueron antes
​De amantes de su mujer.

Envidia de Quevedo y asombro de Lope de Vega, que no fue un 'play boy', sino un insaciable mujeriego, que hay matices. Como no lo fue el mito del Tenorio, el Burlador de Sevilla de Tirso de Molina y el más logrado Don Juan de José Zorrilla. Don Juan jamás se habría comido una rosca sin la ayuda de Brígida, la dueña de doña Inés, y de Ciutti, su criado italiano, que era el que rompía el hielo. No obstante, Don Juan creía en sus encantos y presumía de sus triunfos seductores.

De la Princesa Real
​A la hija de un pescador,
​Ha recorrido mi amor
​Toda la escala social. Un tonto más.

Pero hay que centrarse – y muy inclinados hacia el elogio-, en el marqués de Santillana. Hace unos días, mientras casi toda España se calcinaba de calores, se abrió el cielo en La Montaña. Y aproveché para repasar las Serranillas del marqués de Santillana, prodigiosa localidad que tan a mano me viene. Y reparé en su alta categoría de 'play boy'. Enamoraba con su palabra y sus versos, y no dejaba enaguas sin levantar. En su primera Serranilla en el Moncayo. Recechaba pastoras y labriegas en montes y llanuras. Aquí la de Boxmediano…

Vi serrana sin argayo

Vi serrana sin argayo
​Andar al pie del otero
​Más clara que sale en mayo
​El alva, nin su luçero.
​Iba de cazador, y ella se entregó:
​Dixo: «Perdonad, amigo,
​E folgad ora conmigo
​E dejad la montería».

Del Moncayo a Verantón, en la segunda Serranilla.

En toda la su montaña,
​De Trasmoz a Verantón
​Non vi tan gentil serrana. (Otra al bote)

Y en la tercera, de Verantón a Mata el Espino.

Después que nascí
​Non vi tal serrana
​Como esta mañana. (tercera descarga)

Y de Mata el Espino a Navalagamella, orilla del Manzanares en la cuarta Serranilla. O de Manzanares en La Mancha.

Por todos estos pinares
​Nin en Navalagamella
​Non vi serrana más bella
​Que menga de Mançanares. (0tra que cae)

Y de ahí, quinta Serranilla, cerca de Salloçar.

Entre Torres e Canena
​A çerca de Salloçar
​Fallé moça de Bedmar,
​Sant Julián, en buena estrena. ( Parece que la estrenó)

Y de ahí, sexta Serranilla, a la más famosa de sus conquistas playboyescas.

Moça tan fermoça
​Non vi en la frontera
​Como una vaquera
​De la Finojosa.

En la Serranilla VII no ubica a su enamorada, pero tampoco oculta el resultado de la gestión. En la VIII , sigue con su Guía Michelín. La montaña la Berçosa en Robledillo.

Allí en aquella montaña.
​La que dicen de Berçosa,
​Vi guardar muy grand cabaña
​De vacas, moça fermosa.

Y de Robledillo, a los Picos de Europa, que el marqués era un nervioso. Novena Serranilla.

Mozuela de Bores,
​Allá do la lama
​Púsome en amores.

Con su «asunto» en estado lacerante, de Liébana a tierras alavesas. Incansable marqués,

Entre Gaona y Salvatierra,
​En ese valle arbolado,
​Donde se aparta la sierra
​La ví guardando ganado.

El marqués, además de un titán del senderismo, era un mirón que siempre sorprendía a su deseada guardando ganado vacuno, ovino o caprino. Y triunfaba plenamente. Este marqués si fue un 'play boy' de verdad. Hoy, estaría en la cárcel, condenado por la Santa Inquisición LGTBI y demás mayúsculas.

Y es que un marqués de verdad, y si es poeta aún más, jamás falla.

De ahí la envidia.

¡Viva la nobleza medieval!