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ANTONIETA JURADO-BLANCO DE OTERO

Querida España, un hogar de oportunidades y esperanza

Mi voto en las elecciones generales es mi forma de decirte te quiero y que no estás sola

Actualizada 07:01

Querida España, hoy, con el corazón lleno de gratitud, admiración y afecto, deseo expresar lo que significa en nuestras vidas tanto para mi esposo, Miguel Henrique Otero, presidente editor del diario El Nacional de Venezuela, como para mí, vivir en este gran país.

España, hoy me dirijo a ti, llena de un enorme agradecimiento y amor, para manifestarte lo que simbolizas en nuestras vidas. Eres esa patria que nos abrió las puertas cuando más lo necesitábamos.

Querida España, eres grande y desde el fondo de mi corazón, te insto a recordar quién eres. Eres una nación de valientes, de soñadores y de luchadores incansables. Eres la cuna de grandes artistas, científicos y pensadores. Eres la cuna de mi esperanza y la razón por la cual nunca dejaré de creer en un futuro mejor para este precioso país. Es por eso por lo que te ruego que escuches mi voz, la voz de aquellos que venimos del futuro y queremos protegerte, cuidarte y apoyarte en todo momento.

Tú eres mi hogar, mi refugio, mi salvación. Eres la tierra que me ha dado la oportunidad de renacer, de reconstruir mi vida. Tu historia y tus logros son una inspiración constante para mí. Pero hoy, necesito pedirte que no olvides tus raíces, que no deseches los valores que te han hecho grande. La libertad, la democracia y el respeto a los derechos humanos son pilares fundamentales que debemos preservar y proteger.

Mi voto en las elecciones generales es mi forma de decirte te quiero y que no estás sola, que estoy dispuesta a luchar contigo para salvaguardar todo lo que valoramos. Es mi forma de decirte que no quiero que se pierda el espíritu de progreso y desarrollo que siempre ha caracterizado a esta tierra. Pero que, en los últimos años, con este gobierno han estado dormidos. Juntos, podemos construir un futuro en el que cada persona tenga la oportunidad de crecer y prosperar, sin importar su origen o circunstancias.

Mi llamado es a todos los ciudadanos españoles, a aquellos que comparten mi preocupación y anhelan un futuro basado en la libertad y la justicia. No podemos ser indiferentes, debemos participar activamente en el proceso democrático, alzando nuestra voz con nuestro voto y defendiendo nuestros principios. Nuestro voto es una herramienta poderosa que debemos utilizar para salvaguardar la esencia misma de nuestra nación.

Querida España, estimados hispanos, queridos compatriotas venezolanos que hoy en día forman parte de este gran país: el futuro depende de nuestras acciones en el presente.

Unidos, podemos construir un país en el que cada ciudadano tenga la oportunidad de florecer y prosperar. Con el voto en las elecciones generales reafirmaremos nuestro compromiso con los valores democráticos y la justicia social. Mantengamos viva la llama de la libertad, para que nuestros hijos y las generaciones venideras puedan disfrutar de una España próspera y verdaderamente democrática.

A ti, España: gracias, desde los más profundo de mi corazón, generosa, amada. Nosotros escogimos vivir en Madrid, ciudad hermosa y capital española, llena de historia y encanto que ha inspirado a cantantes, autores, escritores y poetas a lo largo de los siglos. Sus calles emanan un aura mágica, sus edificios respiran el legado de tiempos pasados, caminar por las calles de Madrid es adentrarse en un viaje en el tiempo, donde cada esquina cuenta una historia fascinante. Sus monumentos imponentes, nos recuerdan la grandeza de una ciudad que ha sido testigo de innumerables eventos históricos. Pero Madrid, no solo es historia.

También es vida en cada rincón, donde la cultura y el arte fluyen y su gastronomía deleita los sentidos. España es su gentilicio, donde nos encontramos inmerso en la calidez de su gente, quienes, con su amabilidad y generosidad, nos enseñan que la solidaridad y el respeto son los cimientos de una sociedad justa y equitativa.

España, te has convertido en nuestro espacio de vida, ese gran país que nos ha brindado generosamente un refugio seguro. Vinimos a ti huyendo de un régimen totalitario, que nos oprimía y nos negaba la libertad, donde la sombra de la represión y la inseguridad acechaban cada rincón de nuestra existencia. Sin embargo, tú, nos acogiste con los brazos abiertos y nos brindaste un hogar lleno de oportunidades.

Estamos agradecidos contigo porque nos has permitido un nuevo comienzo, una oportunidad de reconstruir nuestras vidas y seguir persiguiendo nuestros sueños. Lo hacemos aquí, en esta madre patria, que nos inspira cada día a seguir adelante y a no perder la esperanza.

En un mundo en constante cambio, cada uno de nosotros tiene una historia única que contar. La nuestra, en Venezuela, es que a pesar de que enfrentábamos la asfixia de la persecución política, la inseguridad y la injusticia, seguíamos en nuestro país. Lo hacíamos porque es nuestra patria, aunque bien sabíamos y sufríamos los graves problemas que aquejan a la mayoría de la población venezolana.

En Caracas, la capital de Venezuela, estaba nuestro hogar, y compartíamos con nuestros hijos, con la familia que va creciendo y con los amigos. Nosotros estábamos resistiendo y luchando por nuestros sueños de libertad.

Reconozco que hay momentos en los que esa nostalgia del emigrante, de la ausencia de esos seres tan cercanos e íntimos que antes nos acompañaban, de nuestros paisajes, de nuestros colores, de nuestra fauna: de lo nuestro, nos arropan. Somos muchas las familias que viven esta profunda tristeza que significa la desunión o la dispersión de las familias por el mundo gracias al régimen. Pero entiendo que hay que seguir adelante.

Como todos sabemos, la vida es dinámica y un día, mientras estábamos en un viaje donde Miguel recibió un reconocimiento internacional, nos dieron la noticia de medidas judiciales en nuestra contra por haber publicado una noticia veraz, por la visión de El Nacional que es informar. Esta información apareció en 72 portadas de periódicos en todo el mundo. Pero a otros medios de comunicación venezolanos, tales como La Patilla y Tal Cual les aplicaron retaliaciones jurídicas. En el caso de El Nacional, nos aplicaron un procedimiento judicial, que afectó a mi esposo, como presidente editor; a toda su junta directiva, al Consejo Editorial y a sus trabajadores. Esto nos hizo comprender que en Venezuela no existía justicia y que no valía la pena arriesgar la libertad de Miguel. Ante esta situación, escuchamos los consejos de nuestra familia, amigos y abogados; y tomamos la decisión de no volver. Elegimos España como nuestro hogar, por su solidaridad, por tener nuestra lengua y por su arraigada ideología democrática. Sin duda, la mejor elección que pudimos hacer.

Detrás de nuestra iniciativa de establecernos en esta tierra llena de encanto y vitalidad, hay motivos que nos impulsaron a buscar una vida segura, sin amenazas y a construir un futuro lleno de esperanza. Recordando esas razones, no me queda duda de que mi esposo es un hombre tenaz, lleno de coraje y valentía. Recuerdo que un día le ofrecieron una ostentosa oferta de muchos millones para comprar El Nacional por parte del régimen que presidía Chávez.

Era una cifra tentadora, que habría cambiado nuestra vida, y la de toda la familia. Pero él se negó rotundamente a venderlo. Mientras otros medios cedieron y fueron vendidos, sacrificando su voz, mi esposo se mantuvo firme, inamovible en su compromiso con la verdad y la justicia. Para Miguel, lo primero siempre ha sido Venezuela, la lucha a través de las ideas, la denuncia plasmada en tinta y papel, en busca del sueño de la libertad y el rescate de la democracia.

Todos estos motivos hicieron que mi esposo se convirtiera en un objetivo de la dictadura que oprime a nuestra amada Venezuela. Han intentado acallarnos de múltiples maneras, utilizando el poder judicial para perseguirnos y quitarnos nuestros bienes. Incluso nos confiscaron la sede del diario El Nacional, un símbolo de la lucha por la libertad de expresión.

Pero entonces, España, tú estabas en nuestro camino como un faro de luz. Te convertiste en nuestro hogar, en este gran país que nos han brindado generosamente un refugio seguro. Aquí encontramos un entorno propicio para seguir luchando por nuestros ideales, donde nuestras voces no son silenciadas, donde podemos alzar la bandera de la libertad y denunciar las injusticias que aquejan a nuestra querida Venezuela. Eres la tierra que me ha dado la oportunidad de renacer, de reconstruir mi vida.

Hoy, escribo nuestra historia desde Madrid donde, no podemos dejar de agradecer a esta tierra grande y generosa y a su gente por abrirnos las puertas y brindarnos la oportunidad de forjar nuestro destino. Madrid, con su mezcla de tradición y modernidad, nos ha dado un espacio donde podemos soñar, crear y ser parte de algo más grande.

Llegamos a España, durante los años de Mariano Rajoy en la presidencia. En ese momento, España tenía un gran crecimiento económico y se mantuvo firme en su postura de rechazo a las violaciones a los derechos humanos y a la erosión de la democracia en Venezuela.

Pero hoy, querida España, me dirijo a ti con una preocupación en mi corazón, que vive en mí desde el 1 de junio de 2018. Ese día vimos cómo el viento sopló en una dirección que nos inquietó profundamente: la llegada de Sánchez al poder. Hemos visto un cambio preocupante en la actitud del gobierno español hacia el régimen opresivo de Maduro. Los estrechos vínculos entre Sánchez y Maduro plantean serias interrogantes sobre la verdadera posición de España en la defensa de los derechos humanos y la democracia.

Cabe preguntarnos ¿Cómo podemos confiar en un líder político que establece relaciones amistosas con un régimen que ha causado sufrimiento y represión a su propio pueblo? En estos años bajo el liderazgo del gobierno de Sánchez, hemos sufrido alianzas políticas que han causado temor y perjuicio a nuestra sociedad. Las leyes han sido promulgadas en detrimento de la tranquilidad y el bienestar de los ciudadanos. El camino hacia el social-comunismo se va delineando lentamente y no puedo permanecer indiferente ante esta situación.

Durante estos años, que Sánchez ha dirigido el país, hemos sido testigos de alianzas políticas preocupantes, como la unión con Bildu, con Podemos, con los nacionalistas, que ha generado un gran desasosiego en nuestra sociedad. La confianza se ha visto afectada, y el miedo a que nuestras voces sean silenciadas se ha hecho presente. La premisa de que «sí es sí» ha dado lugar a leyes que, en lugar de fomentar la igualdad y el respeto mutuo, han generado divisiones y han atentado contra nuestras libertades individuales.

España, te pido que no olvides los valores que te han hecho grande. La democracia, la diversidad de opiniones y la protección de los derechos humanos son fundamentales para nuestro progreso y nuestra convivencia pacífica.

No permitas que el peso de decisiones políticas y la pasividad de tus ciudadanos nos arrastren hacia una ideología que históricamente ha demostrado ser opresiva y limitante para la libertad individual. Está prohibido ser indiferente en un momento tan crucial como el que viviremos en España el 23 de julio.

España, escucha nuestra voz y te acompañaremos para preservar tu libertad, tu democracia y tu grandeza. No permitamos que el viento sople en una dirección que nos aleje de nuestros ideales más preciados. ¡Unidos, podemos construir un futuro en el que todos podamos vivir en armonía y libertad!

Que la voz de la razón y la justicia prevalezca siempre en nuestra amada España.

Agradece con tu voto al país que te acogió. Ten presente que tu voto es tu voz y con él, le dices sí a la libertad y no al comunismo porque tu y yo venimos del futuro.

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