Sánchez, Feijóo y la prostitución
La representante de Coalición Canaria habrá cumplido con la misión más conocida de las prostitutas desde la noche de los tiempos: satisfacer al que paga. Y, en primer lugar, al que más paga
No haya lugar a equívoco. Quien crea que voy a hablar de familiares no consanguíneos de Pedro Sánchez puede dedicar su atención a algo más entretenido. Yo quiero hablar de algo mucho más aburrido. Sir Ralph Dahrendorf publicó un gran artículo sobre los partidos bisagra en la década de 1980 en Política Exterior, la entonces balbuceante revista de ensayo sobre lo que su nombre indica, fundada y dirigida por Darío Valcárcel y que hoy está revitalizando Gaspar Atienza Becerril, tras la muerte de su anterior editor, Josep Piqué. Como bien decía Dahrendorf –estoy lejos de mi domicilio y mi archivo y no puedo citar textualmente– los partidos bisagra se venden al mejor postor. Recuerdo con certeza que ponía el ejemplo del Partido Liberal alemán, pero no solamente.
Una de las características de lo que es un partido bisagra es su capacidad para pactar con cualquiera de las dos fuerzas mayoritarias. El único ejemplo verdaderamente relevante que hemos tenido en España en los últimos 46 años fue Ciudadanos. Todos sabemos cómo se ha finiquitado esa fuerza por no saber emplear los instrumentos que les dieron los españoles y por escuchar a falsos editores de prensa que hicieron creer a Albert Rivera que él se podía comer al PP y encabezar la oposición a Sánchez. Ya sabemos dónde está Sánchez, dónde está el PP y dónde está Ciudadanos.
A lo que nos enfrentamos ahora es a un Congreso de los Diputados roto por la mitad. Conocemos las divisiones entre el PP y Vox, pero el partido de Abascal, en un gesto que le honra, ha dicho que apoyará la candidatura de Núñez Feijóo a pesar de que el PP le dio todo menos cariño durante la campaña electoral. Para mí es más sorprendente que también UPN lo vaya a hacer. PP y UPN se enfrentaron gravemente cuando los dos diputados navarros fueron expulsados del partido y se pasaron a las filas del PP quedando el partido fundado por Jesús Aizpún sin representación en el Congreso por primera vez desde que existe. Desde su nacimiento, UPN había sido el partido más votado en todas las elecciones de la historia de Navarra. El pasado 23 de julio, en que UPN y el PP concurrieron separados, el partido más votado fue el socialista, el segundo EHBildu, el tercero el PP y el cuarto UPN. Me parece admirable que José Javier Esparza mantenga su compromiso electoral de respaldar a Feijóo.
Y llegamos al caso de Coalición Canaria que, tras las elecciones autonómicas del 28 de mayo, arrebató la Presidencia de Canarias al partido más votado allí, el PSOE, gracias al respaldo del Partido Popular. Es decir, Fernando Clavijo Batlle es presidente de Canarias desde el 14 de julio –antes de ayer– por el apoyo del Partido Popular de Feijóo. Ahora la nueva diputada de Coalición Canaria en Madrid, Cristina Valido, ha dicho que puede apoyar a cualquiera de los dos candidatos a presidente del Gobierno, según qué le dé cada uno. Las hetairas no lo hacían mejor.
Quizá Valido y su partido deberían pensar un poco más. Sea lo que sea lo que Sánchez les prometa, las posibilidades de que el autócrata dé ni un céntimo a una comunidad gobernada o cogobernada por el Partido Popular son ninguna. Claro que, sabiendo como es el mundo de la prostitución, quizá provocan esta tensión para vender su apoyo a Sánchez a cambio de echar al PP del Gobierno de Canarias y pactar la entrada del PSOE como segundo socio. A Sánchez le parecería muy bien. Al fin y al cabo, él quiere gobernar sin haber ganado y esto le garantizaría lo único que le importa. Le daría la Presidencia sin necesidad de voto afirmativo de Junts y que el PSOE canario acate la voluntad del autócrata. Y la representante de Coalición Canaria habrá cumplido con la misión más conocida de las prostitutas desde la noche de los tiempos: satisfacer al que paga. Y, en primer lugar, al que más paga.