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Vidas ejemplaresLuis Ventoso

El PSOE y la manipulación electoral

¿Hará Pumpido su primer gran servicio y le llevará la contraria a la Junta Electoral y al Supremo para salvar a su jefe Sánchez? Desde luego lo sopesará

El PSOE es hoy un partido desabrido, marrullero, antítesis del respecto institucional. Llega al extremo de que en la víspera de que Sánchez y Feijóo se reúnan este miércoles en el Congreso -a petición buenista del segundo- se dedica a llamar mentiroso al líder del PP en la rueda de prensa del Consejo de Ministros. Ese es el talante. Idéntico colmillo que los ha llevado a intentar una maniobra a la desesperada ante el TC de su peón Pumpido, con el fin de intentar recuperar un diputado en Madrid y no necesitar ya el sí de Puigdemont. El recurso prueba que hay taquicardia en la Moncloa ante la posibilidad de que Sánchez pinche también en la investidura una vez que ya lo haya hecho Feijóo.

Con su recurso ante el TC de su peón Pumpido, el PSOE, el partido que más tiempo ha gobernado España, está diciendo a los españoles que le resbala lo que resuelvan la Junta Electoral de Madrid, la Junta Electoral Central y el Tribunal Supremo, instancias que una tras otra han rechazado la rabieta de mal perdedor del PSOE.

El sanchismo pone en duda la limpieza de 30.000 votos en Madrid sin esgrimir argumento alguno, más allá de que no les viene bien depender del atrabiliario radical separatista Puigdemont (un prófugo con cuyo partido insólitamente también ha aceptado dialogar el PP, en el mayor error del Feijóo desde su llegada a Génova, pues supone inmolar los principios en el altar del posibilismo chalanero y además, para nada y regalándole a Sánchez el argumento para justificar su talón de Aquiles, que son sus acuerdos con los separatistas).

Los socialistas confiesan abiertamente en su recurso ante el TC que lo que buscan es «una alteración en la composición del Congreso». Traducción: tenemos que recontar en Madrid porque a Sánchez le viene fatal que con el CERA un escaño haya caído en manos del PP, toca recuperarlo como sea, Cándido. El problema es que el peón del PSOE en el Constitucional, el leal «progresista» Pumpido, es muy capaz de retorcer la ley y llevarle la contraria a la Junta Electoral y el Supremo.

Al rechazar la decisión de la Junta Electoral y el Supremo, el PSOE está erosionando el prestigio de las instituciones que no le han dado la razón. El Supremo se lo dejó clarísimo a Ferraz: no se puede acceder a una «revisión preventiva» de esos 30.000 votos solo «por si acaso pudiera apreciarse alguna errónea apreciación del voto nulo favorable [al PSOE]». El Tribunal incluso les dice a los socialistas que con su reclamación se burlan del «principio de seguridad jurídica y de conservación de los actos que recoge la Ley Electoral». Antes, la Junta Electoral Central ya les había dado puerta por no aportar «una irregularidad concreta que justifique la supuesta nulidad del voto».

¿Qué están haciendo entonces el PSOE y la Moncloa? Pues poner en duda la fiabilidad de nuestro sistema electoral sin aportar prueba o indicio alguno de que haya habido irregularidades. Se percibe, una vez más, la entraña autoritaria del personaje, pues en realidad el único argumento es que el resultado no le viene bien al líder supremo y por lo tanto hay que cambiarlo como sea.

Ha sido en la terraza de un bar, en el esparcimiento agosteño de las verdades de las birras, donde he escuchado una de las más agudas observaciones al respecto de la pataleta del PSOE con el recuento de votos: «Piensa el ladrón que todos son de su condición».

Y es que si el leal peón «progresista» Pumpido da la razón a los socialistas en su reclamación de que hay que recontar en Madrid solo porque al PSOE le puede venir bien, se abriría un camino sorprendente. El siguiente paso podría ser una reclamación del PP, o de Vox, o de ambos, exigiendo al TC un recuento completo de todos los votos del 23-J, con atención muy meticulosa al voto por correo, por supuesto.

¿Qué sabe el PSOE que los españoles no sabemos sobre cómo se han tratado los votos para que llegue al extremo de demandarle al Tribunal Constitucional que autorice nuevos recuentos? Interesante pregunta, cuya respuesta arrojaría luz sobre las singulares elecciones del 23-J, las de la canícula, el puente de tres millones de desplazamientos, el voto por correo de custodia nunca explicada y el sorprendente error universal de las mejores casas de encuestas del país.

A diferencia del PSOE, yo creo en nuestro sistema electoral y en su limpieza, por supuesto. Pero ya que los socialistas insisten tanto…