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Vidas ejemplaresLuis Ventoso

«¿Y usted, señor Sánchez, qué me trae?»

«Pues vengo con una coalición progresista y muy constitucional: el apoyo de los golpistas catalanes de 2017, previa amnistía, y el del partido heredero de ETA»

Dos hombres de gran estatura, uno de 1,97 de talla y el otro de 1,90, se reúnen para intercambiar impresiones en un despacho elegante, que resulta solemne sin llegar a suntuoso. Su conversación comienza así:

-Bueno, ¿y usted que me trae?

-Pues verá, mi objetivo es formar una mayoría con apoyos suficientes para recibir el respaldo del Congreso. Para ello me propongo encabezar una coalición progresista. Esta alternativa de progreso estará formada por ERC y Junts, los partidos del levantamiento sedicioso de 2017, que usted y yo contribuíamos a frenar; por Bildu, partido nacido como una marca blanca de ETA, banda terrorista que mató a doce de mis correligionarios del PSOE y con la que prometí que jamás tendríamos nada que ver; y por los comunistas populistas de Sumar.

-Hmm, interesante. ¿Y tiene garantizados esos apoyos?

-Ya sé que mis aliados se niegan a venir aquí a informarle, porque están en contra de la monarquía, el orden constitucional y la unidad de España. Pero no se preocupe, que todo se desarrollará dentro del cauce constitucional y formaremos una mayoría progresista estupenda para todas y todos. Lo único que me piden a cambio de su apoyo es que conceda una amnistía a todos los implicados en el golpe sedicioso de 2017, que yo mismo ayudé a frenar apoyando la aplicación del artículo 155. Ya sé que la amnistía es inconstitucional y que nuestra Carta Magna prohíbe expresamente los indultos generales. Pero por ahí quédese tranquilo, que tengo a Cándido. Si él le da unas vueltas a la cosa y me la tunea un poco, la cuelo sin problemas. También soy consciente de que en 2019 yo prometí que endurecería las leyes contra los separatistas y que traería a Puigdemont a España para que fuese juzgado. Y sé que en 2018 llamé a Torra «racista» y lo amenacé con un 155 indefinido. Pero oiga, no pasa nada por cambiar de opinión. Liz Taylor se casó ocho veces... Por último, queda un detallito menor. Me piden también una consulta de autodeterminación y eso sí que va a costar un riñón. Pero ahí puedo hacer como hice en su día con los indultos, con las rebajas del Código Penal y con la suelta de etarras que me exigía Otegui. El truco es fácil: se cierra un acuerdo con ellos en la sombra, sin decir nada al pueblo español, y luego, cuando venga bien, se ejecuta por la vía de los hechos. La derecha protesta un poco, algunos ciudadanos se cabrean, los vejestorios de mi partido me ponen verde… Pero con unas buenas dosis de propaganda en mis televisiones, el país acaba tragando y olvidándose enseguida. Además somos expertos en montar cortinas de humo, grandes maniobras de distracción: el Rey Juan Carlos, Rubiales... A la opinión pública la manejamos de tacón.

-Oiga, es usted un fenómeno.

-No lo dude. Y ya le digo, tranquilo, que todo se hará siempre dentro de la Constitución, por supuesto. ¡Hasta ahí podríamos llegar!