Cosas que nunca creímos posibles

Estos días ha recuperado actualidad Las autonosuyas, la maravillosa novela satírica sobre nuestro sistema autonómico que Fernando Vizcaíno Casas publicó en 1981 y después se convirtió en 1983 en una película dirigida por Rafael Gil con cierto éxito: José Bódalo ganó la medalla del Círculo de Escritores Cinematográficos al mejor actor de reparto -todavía no se habían inventado los Goya. Los españoles nos partíamos de risa con la ocurrencia de Vizcaíno Casas que llevaba la cosa al absurdo de que en el Congreso de los Diputados hubiera que emplear traducción simultánea para que los diputados tuvieran que hablar entre sí. Nos reíamos porque era imposible por ridículo. Era imposible, pero ahí está.

Todo lo que nos parecía imposible entonces era debido a que asumíamos que perduraría el sentido común. Algo que ya sabemos que se ha perdido completamente con un PSOE que ha abandonado la socialdemocracia y se ha entregado a la extrema izquierda. Ver como pudimos hacerlo el pasado fin de semana a Pedro Sánchez dirigirse al Grupo de Puebla para celebrar sus «aportaciones para lograr la igualdad, la prosperidad y la justica social son fundamentales». Considerando que en esta reunión del Grupo de Puebla se ha hecho una defensa sin disimulo de las dictaduras cubana, venezolana y nicaragüense –entre otras– habrá que reconocer que este PSOE ya está plenamente integrado en la extrema izquierda. Nos empeñamos en seguir describiéndolo como un partido constitucional y cada vez son más las evidencias de que ha dejado de serlo. Estamos a punto de tener la prueba de cargo más incontestable con la amnistía y el referendo, llámense como se llamen. Pero las evidencias vienen de hace tiempo. Esencialmente desde que el PSOE se aprovechó de los atentados del 11-M para hacer campaña sucia y ganar las elecciones de 2004. Y, no por casualidad, aquel José Luis Rodríguez Zapatero fue uno de los fundadores del Grupo de Puebla que hoy reúne a lo mejor de cada casa. De España han asistido a esta novena asamblea Baltasar Garzón, Dolores Delgado e Irene Montero. No paramos de mejorar.

Estaba reflexionando sobre estas ideas el pasado fin de semana cuando surgió en la conversación de la familia la nueva y absurda Ley de Bienestar Animal que va a perjudicar a los animales domésticos en lugar de protegerlos. Al parecer no entra en vigor por ahora el tener que pasar un examen para poder tener en casa una mascota. El propósito permanece, pero todavía no está terminado de preparar el temario del que se va a examinar y dónde y quién tiene que hacer las pruebas a los propietarios. O sea, que si se es el dueño de un perro que tiene cachorros cuando entre en vigor la nueva ley y se quiere repartirlos entre familiares y amigos, éstos tendrán que pasar un examen antes de recibirlos. O sacrificarlos, que es como se protege el bienestar animal. Mejor muerto que en casa de alguien que no cumpla un nuevo reglamento.

Hace cuarenta años «Las autonosuyas» provocaba hilaridad por inverosímil. Pero, con la misma lógica, yo les digo ahora, que lo que se va a hacer con los animales domésticos, exigir un examen para poder tener esos animales en casa, será una lógica que se aplicará a los padres cuando las mujeres queden embarazadas. Y dentro de cuarenta años te exigirán un examen y si no lo apruebas, un aborto. Si este Gobierno ya ha dado derechos a los animales, si los está igualando con las personas, se sacrificará a las personas por razones similares. Yo no creo que lo vea, pero no puedo dejar de advertir que marchamos en esa dirección.