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Post-itJorge Sanz Casillas

No sirve de nada llorar

Lo que le queda a la derecha ahora es hacer pedagogía de su ideario, persuadir, y no esperar a que la gente les vote porque enfrente no hay nada mejor

Es de justicia, querido lector, que dedique estas primeras líneas a disculparme contigo por ser uno más entre aquellos que se creyeron las encuestas del 23 de julio (y escribieron en consecuencia). No lo hice con una intención oculta, ni por crear un clima de opinión favorable a determinadas siglas, sino porque sondeos como el nuestro acumulaban un largo historial de aciertos. De hecho, en los comicios de Castilla y León afinaron bastante y en Andalucía dieron de menos a Juanma Moreno, que acabaría ganando por mayoría absoluta.

Dicho esto, de acuerdo con la encuesta que publicamos hoy, casi nada cambia con respecto al 23 de julio. Sube ligeramente el PP, algo atribuible a la concentración del voto previa a una improbable repetición electoral... pero poco más. Lo que sí evidencia el sondeo es que no existe una contestación general a todo cuanto hace el Gobierno, cuya ejecutoria se resume en ceder fragmentos de nuestra libertad (y nuestro dinero) a cambio de una tirada más en el juego del parlamentarismo.

En las fases del duelo, la negación y el enfado son los peldaños previos a la aceptación de las cosas tal y como son. No sirve de nada llorar sobre los resultados del 23 de julio. Tampoco sobre las encuestas de unos comicios que nunca llegarán salvo impulso ludópata de Puigdemont o del propio Sánchez (si es que no son ya lo mismo, pues hablan casi igual). Lo que le queda a la derecha a partir de hoy es hacer pedagogía de su ideario, persuadir, y no esperar a que la gente les vote porque enfrente no hay nada mejor. En dos palabras: «hacer oposición» y no llegar al poder como las dos últimas veces, cuando España estaba tan rota que entre lo malo conocido y lo bueno por conocer los votantes eligieron lo segundo.

Esa oposición tiene este domingo una oportunidad perfecta para demostrarle a la opinión pública que Sánchez ha medido mal, y que hay al menos 11 millones de personas que todavía creen en la igualdad entre españoles.

Hoy es un gran día para explicarle a la gente que la ley es la salvaguarda del pobre, del que trabaja, del que madruga, del que tiene una casa y aspiraciones. Que no hay derecho a que otros malversen, dedicando decenas de millones a sembrar el odio entre vecinos, mientras a ti no te perdonan ni un euro en la Declaración de la Renta. Hoy es un día perfecto y soleado para que los escépticos piensen que quizá Sánchez se ha equivocado. Porque en octubre de 2017 la gente se manifestó contra la unilateralidad del separatismo, pero hoy lo hacen contra la unilateralidad del Gobierno central, que ha asumido como propio el argumentario de los que delinquieron con tal de seguir adelante.