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HorizonteRamón Pérez-Maura

Núñez Feijóo, la verdad y las mentiras

Que Puigdemont diga la verdad de lo que pretende hacer sirve para no pactar con él, si eres Núñez Feijóo o Santiago Abascal y para que no se te caiga la cara de vergüenza y pactes con él si eres Pedro Sánchez o Yolanda Díaz

Tengo dicho reiteradamente que uno de los mayores daños que ha causado Pedro Sánchez a nuestra democracia es el de la legitimación de la mentira en la vida pública. Hoy en día hay multitud de políticos que mienten sin pudor sabiendo que el que se les pille en un renuncio no tiene consecuencias. Enumerar las mentiras de Sánchez a la población española, a su electorado, es imposible. Durante la Presidencia de Estados Unidos de Donald Trump, The Washington Post dedicó un equipo a enumerar las falsedades del presidente. Y no es exactamente lo mismo una falsedad que una mentira, aunque una mentira siempre implica una falsedad, una falsedad se puede decir sin intención de mentir. En España podríamos haber hecho lo mismo con Sánchez y contando sólo las mentiras, pero no hay medios tan independientes del poder. Y para cuando renació El Debate hace dos años, ya llevábamos demasiadas mentiras acumuladas como para poder hacer una estadística fiable. Porque en esta materia, si no se lleva la contabilidad a diario, es imposible hacer una enumeración certera.

En medio de este fangal a Alberto Núñez Feijóo se le ocurrió el miércoles decir en Barcelona que Carles Puigdemont se caracteriza por decir la verdad. Y aunque se puede encontrar alguna excepción como bien señala Luis del Val cuando recuerda que Puigdemont citó a los miembros de su Gobierno para el día siguiente y acto seguido huyó de España en el maletero, lo que parece difícil negar es que el fugado dice claramente lo que va a hacer. Y Sánchez no lo dice nunca.

A mí no me gustó que cuando Núñez Feijóo recibió del Rey el encargo de formar Gobierno, desde el entorno del presidente del PP se mantuviera alguna conversación discreta con Junts. Creo que era un ejercicio de candidez perfectamente innecesario. Y una humillación para Alberto Fernández y su equipo en el PP catalán que ha tenido una muy notable mejora en sus resultados haciendo una política de confrontación con las ideas de Puigdemont. Pero lo cierto es que en cuanto los hombres de Puigdemont se reiteraron ante el PP en sus objetivos de independencia, no fue necesario perder un minuto más. Porque todo el mundo sabe que están diciendo la verdad. Que ellos tienen ese objetivo y que cualquier «negociación» pasa por ver qué les va a ceder el Gobierno de la nación en su camino hacia la independencia. Para ellos, «negociar» es sentarse a la mesa y preguntar a los representantes del Estado «¿qué hay de lo mío?». Porque de lo del resto de los españoles nunca hay nada. Pero al menos todos sabemos lo que busca Puigdemont porque lo dice sin circunloquios.

En cambio, Sánchez nunca jamás nos cuenta en qué términos está negociando con Puigdemont. Y se niega a someterse a las preguntas de los periodistas no afines. Así que, es muy lamentable decirlo, pero entiendo que por la experiencia que tiene, Feijóo tenga razón cuando dice que Puigdemont dice verdades. Y le faltó añadir que Sánchez miente sin parar. Ahora, el que Puigdemont diga la verdad de lo que pretende hacer sirve para no pactar con él, si eres Núñez Feijóo o Santiago Abascal y para que no se te caiga la cara de vergüenza y pactes con él si eres Pedro Sánchez o Yolanda Díaz.