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HorizonteRamón Pérez-Maura

Lo que va de Yolanda Díaz a Ronald Reagan (con perdón)

Veamos con qué criterio va a escoger «Lady Cohete» los ministros que aportará al nuevo Gobierno. Yo me temo que va a ser francamente difícil encontrar a alguien que no le haga sombra…

Esta semana hemos visto muchas especulaciones sobre la formación del nuevo Gobierno. Ana Martín hacía en El Debate el pasado jueves una buena descripción de las puñaladas que se cruzan en los distintos partidos integrados en la coalición de Gobierno. Y esas tensiones son una manifestación inequívoca de que dan por cerrado el acuerdo con Junts. Aunque convendría no olvidar que el problema de vender la leche antes de haberla ordeñado puede generar muchas complicaciones. Entre otras el que las demandas casi infinitas de Junts sigan multiplicándose.

Una de las especulaciones que más me ha llamado la atención es la de quiénes acompañarán a Yolanda Díaz en la cuota de ministerios que se adjudique a Sumar. La única idea mínimamente sensata que hemos conocido en estos días a Pedro Sánchez es la de que hay que rebajar el número de ministeros de este mastodóntico Gobierno que padecemos. Eso implicará que de las cinco que tienen Podemos y sus aliados, Sumar perderá una o dos carteras. Probablemente dos si de verdad se quiere pasar de 22 ministerios a 17.

En este contexto, y con la seguridad de que Díaz mantendrá su Vicepresidencia y la cartera de Trabajo, los premios a repartir son pocos y los candidatos muchos. Recordemos que Sumar está integrado por más de una docena de formaciones dentro de las cuales hay varias coaliciones. En el bien entendido de que los puestos con los que se quede Sumar serán ocupados por las personas que designe Díaz, la señora va a tener multitud de candidatos.

He leído un par de crónicas, entre otras la de Marisol Hernández en El Confidencial, en las que dicen que la vicepresidente en funciones «no quiere que nadie le haga sombra» en el equipo que tendrá con ella en el nuevo Gobierno. Y así se entiende que personajes que creían que tenían un lugar en el nuevo Gobierno ahora afirman que no estarán. El caso más evidente es el de Ada Colau (gracias a Dios) pero hay otros que con ese criterio en la cabeza de quién tiene que repartir el juego pueden quedarse también fuera del partido. Puede ser el caso de Íñigo Errejón o Mónica García.

Esta actitud me ha recordado una anécdota de mi llorado amigo el general Vernon Walters, que sirvió en diferentes categorías –entre otras, director adjunto de la CIA durante cuatro años y con cuatro directores diferentes– a siete presidentes de los Estados Unidos: Ike Eisenhower, Lyndon B. Johnson, John F. Kennedy, Richard Nixon, Gerald Ford, Ronald Reagan y George Bush padre. Una noche, después de cenar en casa de mi madre en Santander, tomando un destilado escocés y escuchando las olas romper en la playa, le pregunté de todos esos presidentes, cuál era para él el mejor. Agitó un poco el whisky mientras lo contemplaba, el hielo tintineó, y con gran firmeza respondió: «¡Ronald Reagan!» Como no parecía tener intención de explicar su afirmación tuve que preguntarle yo el por qué. «Porque de todos los presidentes que he conocido, Ronald Reagan era el único que tenía una máxima inquebrantable: para ser miembro de su Gobierno había que ser más brillante que él». Y, por cierto, Walters, que fue el embajador de Estados Unidos en la ONU era tan deslumbrantemente brillante que Reagan convirtió ese cargo de embajador en miembro del Gobierno, al menos mientras lo ocupó el general Walters.

Y ahora volvamos a nuestra dura realidad y veamos con qué criterio va a escoger «Lady Cohete» los ministros que aportará al nuevo Gobierno. Yo me temo que va a ser francamente difícil encontrar a alguien que no le haga sombra…