El desmoronamiento de España

Uno echa una mirada a las portadas de los periódicos y lo de ayer era verdaderamente estremecedor. Resalto lo de «ayer» porque la enumeración de titulares que voy a citar sucedieron simultáneamente, en horas 24.

• Anuncio de pacto del PSOE con ERC a cambio de la cesión a la Generalidad del tren de cercanías y la condonación de 15.000 millones.

• La Ley de Amnistía abarcará los delitos de diez años y liberará hasta a los encausados de los Comités de Defensa de la República (entre los que hay acusados de terrorismo).

• Históricos del PSOE tildan de farsa la consulta de Sánchez a las bases y la comparan con las que hacía Franco.

• El PNV exige otro pago a Sánchez: desmantelar las instalaciones del Ejército del Aire en Navarra.

• España esquiva el reglamento de los fondos UE para poder ejecutar 80.000 millones fuera de plazo.

• El Gobierno sigue ocultando el dato real de parados 300 días después de prometerlo.

• Feijóo y Aznar se alinean: «Sánchez es un peligro para la democracia».

Siete titulares que podían haber sido la apertura de cualquier medio de comunicación, uno cada día, pero que están todos en las portadas de un solo día. Publicaba en estas páginas servidor de ustedes –con perdón por la autocita– el pasado 22 de octubre una columna titulada «España, camino de ser Venezuela» y ayer en Vozpopuli mi admirado Miquel Giménez sostenía que «la deriva venezolana ha cogido una velocidad imparable.» Como lo leo con frecuencia, estamos totalmente de acuerdo. Ésta es la tendencia incontestable de la política española y con toda razón informaba ayer El Debate de la deriva totalitaria que está tomando el partido de Sánchez con la equiparación de la consulta del propio Sánchez con las que hacía el general Franco. Con perdón para Francisco Franco. Porque recordemos que este secretario general del PSOE que ahora dice estar consultando a las bases es el mismo que el 1 de octubre de 2016 fue defenestrado de la secretaría general después de que se descubriera que intentaba robar una votación sustituyendo la urna empleada para recoger los votos del Comité Federal por otra previamente llenada con los sufragios «adecuados».

Vivimos el desmoronamiento de la España de la Constitución de 1978. Y creo que ya sólo queda una opción de supervivencia. Es casi inimaginable, pero hemos visto tantas cosas que creíamos imposibles… Un buen amigo, con muchos años de experiencia política, me decía en las últimas horas que todavía podríamos ver a Puigdemont decidiendo finalmente decir que «no». Está claro que a ERC le perjudicó gravemente en las últimas elecciones de julio el acercamiento al PSOE a lo largo de los últimos años. Tendremos elecciones catalanas esta primavera. Quién sabe, quizá un iluminado como Puigdemont, que se vanagloria de haber derribado a Rajoy también quiera exhibir galones ante su electorado diciendo que él sentenció el final de Sánchez.

Confieso que creo que sólo hay una posibilidad remota, pero con Puigdemont de interlocutor, ¿quién puede estar seguro del precio?