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HorizonteRamón Pérez-Maura

Sánchez, miéntenos, te lo suplico

Puigdemont puede pedir a Sánchez que ubique en su nuevo Gobierno a unas cuantas meretrices y Sánchez lo hará con gusto con tal de ser presidente. Y eso sería lo menos malo que nos pudiera ocurrir

Decíamos el pasado jueves -disculpen una vez más la auto cita- que «Ahora amnistían terroristas». Y lo afirmaba en base a la petición de ERC de que se amnistiara a los miembros de Tsunami Democràtic que estaban procesados por actos de terrorismo en su asalto al aeropuerto del Prat en 2019. La realidad ha demostrado que nos quedábamos cortos. Las imputaciones eran mucho peores de lo que pensábamos entonces. El juez de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón imputó ayer a los fugados Carles Puigdemont y Marta Rovira por actos de terrorismo en la causa que se sigue contra Tsunami Democràtic por los graves hechos acaecidos tras la condena a los dirigentes del procés.

Este Puigdemont a quien la Justicia persigue por actos de terrorismo es el mismo con el que Pedro Sánchez está intentando pactar su apoyo para formar Gobierno. Ya sólo le falta pactar con las visitas que recibe Conde-Pumpido Jr. en su casa y decirnos que lo hace por la convivencia. Es famosa la anécdota de Bernardino Caballero, presidente del Paraguay entre 1880 y 1886 y fundador del Partido Colorado. Caballero tuvo múltiples relaciones extramatrimoniales y sumó 38 hijos. Una de esas relaciones fue con una prostituta que fue un rato primera dama de la república y a la que el día de la fiesta nacional obligó a que todos los embajadores extranjeros le besaran un pie. El embajador británico reportó a Londres lo sucedido y la Reina Victoria ordenó inmediatamente enviar a la flota a bombardear Paraguay. Todavía les están esperando, claro. Lo de las costas paraguayas no lo tenía muy claro su graciosa majestad. Pues Puigdemont puede pedir a Sánchez que ubique en su nuevo Gobierno a unas cuantas meretrices y Sánchez lo hará con gusto con tal de ser presidente. Y eso sería lo menos malo que nos pudiera ocurrir.

Tenemos en este momento a toda la escoria de la política catalana sabiendo que se va a beneficiar de la amoralidad de Pedro Sánchez. A algunos les sorprende que el prófugo no haya saltado ya en brazos de Sánchez con la teoría de «más vale pájaro en mano que ciento volando» pero la realidad es que Puigdemont, que sólo fue presidente de la Generalidad 21 meses, tuvo un buen entrenamiento cuando fue elegido presidente de ese Gobierno tras una eterna negociación que llevó a su designación la víspera de que se agotara el plazo y hubiese que volver a las urnas. Así que ya saben ustedes por qué Francina Armengol ha habilitado el domingo 26 de noviembre como día en el que puede haber pleno de las Cortes. El último día hábil es el lunes 27.

Entre tanto en la lista de beneficiarios de la amnistía que pretende Sánchez nos podemos encontrar desde Jordi Pujol hasta Jack «el destripador». Todo da igual con tal de que sirva para que Sánchez sea presidente. Y cuando vemos ahora las promesas que ha hecho Sánchez a ERC, las que firmaron Bolaños y el indultado Junqueras el pasado jueves, (amnistía, referendo, relator, deuda perdonada, más inversiones en Cataluña, trenes y reconocimiento nacional de Cataluña) uno se echa a temblar con lo que puede pedir ahora Puigdemont para quedar por encima de Aragonès y Junqueras ante su electorado. Así que yo creo que sólo nos queda implorar con la mayor devoción al santo de nuestros afectos que interceda ante el Altísimo para que, por una única vez en la vida, Sánchez sea coherente con su trayectoria y todo lo que ha prometido a los independentistas sea mentira, como es marca de la casa. Laus Deo.