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El astrolabioBieito Rubido

España se gobierna por intereses personales

Nada noble hay en la pretensión de Sánchez de gobernar a cualquier precio. Son minoría los españoles que le apoyan

Sánchez, siguiendo el ejemplo de Zapatero –qué pena que no se mirase en el espejo del portugués António Costa–, se ha dedicado a enfrentar a los españoles. Primero entre derechas e izquierdas y ahora entre Cataluña y el resto de España. El buen gobernante es aquel que se siente cómodo en cualquier territorio, en cualquier comunidad de España. No hay superioridad de ninguna autonomía sobre otra. No existe ley divina, ni de la naturaleza ni de los hombres, que diga que un español nacido en Barcelona es superior a otro nacido en Huelva. Tengo la edad suficiente como para saber que una sociedad en armonía plena es prácticamente imposible, pero sí existen aquellos elementos que nos garantizan una convivencia pacífica entre personas de distinta sensibilidad ideológica. Eso era la democracia hasta que llegó Sánchez y arrasó con todos los contrapesos y con las elementales pedagogías de la vida con la libertad que otorga este sistema político.

Como escribí ayer, vivimos días de vergüenza, humillación y cólera. Han desaparecido los políticos regidos por un sentido moral. Nos gobiernan unos indigentes intelectuales y el bien común y el interés general ya no forman parte del catálogo de motivaciones de la clase política. Solo funcionan los intereses personales. Nada noble hay en la pretensión de Sánchez de gobernar a cualquier precio. Son minoría los españoles que le apoyan. Se parece más a Erdogan o Maduro que a António Costa, por poner un ejemplo cercano y no recrearnos en otras grandes figuras del pasado. Los ideales elevados han desaparecido.

¿Por qué vivimos estos días de humillación y cólera? Porque Sánchez perdió las elecciones y carece de la dignidad suficiente para reconocerlo y solo puede repetir su alquiler del colchón de la Moncloa violentando las leyes, la concordia y la convivencia entre españoles. Interés personal puro y duro.

Nota final: muchos amigos y conocidos me preguntan si habrá investidura de Sánchez. Ya les digo desde ahora que creo que sí, pero costará mucho dinero de todos los españoles y, lo que es peor, hasta puede que nuestro sistema democrático. Se pretende amnistiar a corruptos y cómplices de narcotraficantes. Ojalá me equivoque. Tengo todo el interés del mundo en no acertar. Creo que ya solo queda rezar.