10 razones para salir el domingo a la calle
Todo español que aprecie un poco su libertad y su país hará bien acudir a la plaza de su localidad para expresar con calma y respeto que así no
No todo está perdido, aunque a ratos lo parezca. La batalla de los jueces y fiscales será vital. La oposición trabajará por la vía legal y política. Los medios comprometidos con España y con los derechos y libertades de los españoles harán sentir su voz. Pero la situación es tan grave que ha sido necesario abrir un cuarto frente, uno que se reserva a situaciones límite: la protesta masiva en las calles contra un abuso manifiesto. Hay diez razones para salir el domingo a las doce a todas las plazas de España:
1.-El PSOE se está cargando la democracia. Sánchez desoye la opinión de los españoles, dos tercios de los cuales son contrarios a la amnistía. Va a okupar el poder tras perder las elecciones merced a una alianza antinatura con los peores enemigos de España, a los que el Estado pide ahora perdón por haber frenado sus delitos. El PSOE no respeta el derecho a existir de sus adversarios políticos, ni las reglas no escritas que oxigenan una democracia. Por último, Sánchez está reformando la Constitución por la vía de los hechos, con una jugada chavista que se salta los cauces establecidos.
2.-El PSOE se está cargando la unidad de España. El documento firmado con Puigdemont, si se acaba cumpliendo, crearía de hecho un Estado catalán en todo menos en el nombre, paso que previsiblemente se daría con un referéndum que «cabría en la Constitución» (en la de Conde-Pumpido, claro). Además se va a reconocer la «nación vasca». La meta por la que asesinaba ETA hecha realidad por cortesía del PSOE a PNV y Bildu.
3.-El PSOE se está cargando la igualdad de los españoles. Uno de Olot o Badalona será superior a uno de Mérida o de Huesca, con muchos más fondos públicos del Estado en su bolsillo y un tratamiento legal diferente.
4.-El PSOE se está cargando la independencia del poder judicial. En el acuerdo con Puigdemont hay párrafos horripilantes al respecto, que no caben en nada que quiera llamarse democracia. Si Sánchez es investido, como parece, su primera medida será decretar una cacería de jueces y fiscales libres.
5.-El PSOE se está cargando las arcas del Estado. El cuponazo que se le va a dar a Cataluña liquida la solidaridad entre regiones, pilar de cualquier país, y abrirá un socavón en las cuentas públicas que dejará tiritando al conjunto de España y volverá kafkiana nuestra hacienda pública.
6.-El PSOE se está cargando la verdad. Mentir es ya su pauta normal. Simplemente ahora se llama «cambiar de opinión». Tenemos un presidente del Gobierno que dos días antes del 23-J remarcaba muy serio en TVE, incluso con morritos teatrales de énfasis, que amnistía «no», por supuesto. Un partido que miente como respira no es sano que gobierne un país.
7.-El PSOE se está cargando la figura del Rey. Su entreguismo, lo que ha firmado con Puigdemont, desautoriza el discurso más importante del reinado de Felipe VI, que es precisamente aquel que contribuyó a frenar la escalada delictiva de Puigdemont. Además está desarbolando al jefe del Estado con el truco de cambiar la Constitución de facto gracias a dominar el TC, jugada que deja maniatado al Rey y lo obligará a firmar el comienzo de la demolición de la nación española tal y como la entendemos, pues todo tendrá apariencia de legalidad.
8.-El PSOE se está cargando la concordia entre españoles. Con su escapada al monte y su guerracivilismo ha despertado unos odios sectarios que nos retrotraen a los peores momentos del siglo XX.
9-El PSOE se está cargando la economía. Si alguien cree que el espectáculo que está dando Sánchez ante el mundo no va a tener un precio económico es que es un pánfilo que no sabe cómo se mueve el capital. ¿Quién va a invertir en un país donde la seguridad jurídica se está convirtiendo en un clínex y donde va a haber en breve una dolorosa vuelta de tuerca fiscal socialista?
10-La décima razón para acudir este domingo con serenidad y firmeza a la plaza de tu ciudad o pueblo es de índole emotiva. Ya lo sé: no lo aguantas, estás harto de su pose altiva, de su catarata de trolas, de su ofensiva despótica contra tu libertad, tu país y tus legítimas ideas. Simplemente no puedes con él. Mucho me temo que yo tampoco.