La culpa es de Vox

La magnitud de la crisis nacional que estamos viviendo estos días es tal que cuesta entender la hipocresía con la que algunos medios describen los hechos que tenemos ante nosotros. No sé usted, querido lector, pero yo conozco a decenas de personas que están acudiendo cada tarde a las inmediaciones de la calle Ferraz a protestar. Son gentes de orden, para nada radicales, que están indignadas con la deriva que ha tomado España y reivindican su derecho a hacerlo saber. Algunos de ellos son de Vox, otros del PP y otros de su padre y de su madre. Y, como ya hemos comentado, cada noche, avanzada la protesta, un grupo de radicales toma el mando y ataca a la Policía y el reporte casi unánime de la mayoría de los medios de comunicación es que los radicales de Vox provocaron choques con las fuerzas del orden.

Vivimos un momento en que todos los representantes de los diferentes cuerpos que conforman la Justicia del Reino de España: jueces, fiscales, abogados y letrados, incluyendo a la izquierdista Juezas y Jueces para la Democracia, denuncian la deriva que representa este acuerdo que puede acabar condenando a los jueces que aplicaron la legislación vigente. Legislación que ahora se va a negociar con Junts el volver ilegal. Y ése no es el principal problema que afronta España. Lo más importante no es un cambio de esa magnitud. Más allá de que tal vez, por un milagro, el cambio no prospere en la mesa de negociación, lo grave es que se acepte que se puede hablar de ello. Y no seamos optimistas sobre las posibilidades de que esa petición de Junts no prospere. También nos decía Sánchez el 21 de julio que no habría amnistía ni referéndum y miren ustedes dónde estamos hoy.

Lo que más me pasma es que en medio de este descalabro, los medios de comunicación del régimen vigente creen que lo más grave del momento actual es la violencia que provocan unos cuantos manifestantes al final de las concentraciones de la calle Ferraz. Y que, automáticamente, son descritos como extremistas de Vox. Claro, porque el problema en esta hora de España es Vox. La culpa de lo que está sucediendo la tiene el partido de Abascal, no quien ha mentido sobre sus propósitos políticos más veces de las que soy capaz de recordar. Yo no soy nada partidario de las manifestaciones. Creo que tienen muy escasa utilidad. Pero jamás negaré el derecho a desahogarse a quién está legítimamente indignado por la catarata de mentiras enunciada por Pedro Sánchez a lo largo de los años. Y de una magnitud cada vez mayor.

Quizá porque he pasado los últimos días en Francia me viene a la cabeza la comparación de las manifestaciones en la calle Ferraz con las de las calles de París y otras ciudades por el movimiento de los «Chalecos amarillos». El origen de las protestas francesas, que comenzaron en octubre de 2018 fue las llamadas de los ciudadanos a protestar contra el alza en el precio de los combustibles, la injusticia fiscal y la pérdida del poder adquisitivo. Para mí, una filfa comparado con lo que está en juego en España. Pero entre el 17 de noviembre de 2018 y el 10 de enero de 2019, según Wikipedia los enfrentamientos con la Policía sumaron más de 6.400 manifestantes detenidos por la Policía. 2.100 manifestantes heridos, según datos del Ministerio del Interior. Según un recopilatorio realizado por el diario Mediapart, se han producido más de 500 casos de evidentes abusos policiales. Entre ellos, hay 22 manifestantes que han perdido un ojo, cinco que se han quedado sin una mano, 210 que sufrieron heridas en la cabeza. Y eso por el precio de la gasolina y la injusticia social. No, si todavía estos manifestantes supuestamente de Vox van a ser unas nenazas que no tienen lo que hay que tener. O, ¿no será que en realidad sólo son provocadores de izquierda que van allí a generar fotos, pero no pretenden enfrentarse de verdad a la Policía ni a nadie que les pueda pegar un buen mamporro?