Adelante, Argentina
Su moneda es papel mojado. El comunismo siempre fracasa económicamente. Y Milei es la gran esperanza
Vapulear al peronismo comunista en Argentina tiene mucho mérito. Prueba de ello es la consternación del periodismo subvencionado en España. Yo conocí el peronismo a distancia. Los argentinos de izquierdas, que son muchos, son filósofos de baratija. No se han dado cuenta en decenios que sus políticos han sido unos desalmados ladrones. Han conseguido que la carne no se venda en los supermercados siendo los mayores productores de carne en el mundo. En un precioso texto publicado en Sábado Gráfico, Antonio Gala describía sus sensaciones cuando visitaba en la provincia de Santander a su gran amigo Mario Camus.
«Cuando estoy en Santander, y me veo rodeado de sus verdes diferentes y jugosos, siempre me asalta un temor. Que si respiro fuerte, me tragaré a una vaca». Y seguía con sus temores. «Que si me siento en un prado, me crecerá la hierba a mí también». En Argentina si respiras fuerte te tragarás diez vacas, y si te sientas en las infinitas praderas pampeñas, te convertirás en un manojo de hierbas comestibles. Argentina, ganadería aparte, lo tiene todo. Es una de las naciones más ricas y despobladas del mundo. De no haber sido administrada por ladrones, todo niño argentino, por ver la primera luz en su patria, nacería rico. Y en Argentina hay pobreza, miseria y hambre. Y todo esto es consecuencia del peronismo comunista. Escribí al principio que conocí a distancia el peronismo. En la urbanización de Puerta de Hierro, la más exclusiva de Madrid, vivía Juan Domingo Perón con su esposa Isabelita, y el brujo López Rega, el Rasputín de Isabelita o María Estela Martínez de Perón. La casa de Perón en Puerta de Hierro se vació cuando el gran ladrón retornó a Argentina para robar aún más en un segundo –y brevísimo– mandato. Y le sucedió en la presidencia su mujer, Isabelita o María Estela, cuya desastrosa gestión provocó la brutal dictadura militar liderada por el general Videla. Muerto Perón, la viuda y López Rega regresaron a su humilde refugio madrileño. Y en el Hipódromo de La Zarzuela no faltaba ningún día Jorge Antonio, multimillonario, propietario de la yeguada más extensa del «turf» español, ministro de Perón, el «hombre que sabía demasiado», peronista fiel y favorecido, si bien en Madrid sus relaciones fueron más distantes. Curiosa la costumbre en Argentina de heredar la presidencia de la nación las viudas de los presidentes. Ahí tenemos a María Estela y a Cristina Fernández de Kirchner, el Pingüino, multimillonaria, condenada por la Justicia y principal sospechosa del crimen del fiscal Alberto Nisman, que tuvo el valor de investigar sus manejos económicos y delictivos con ella en la cumbre del poder. El peronismo desembocó en el kirchnerismo, más ladrón que el primero y falto del populismo demagógico de Evita Perón, la santa de los descamisados.
Argentina es una nación fabulosa que se encontraba a un paso del suicidio. Milei ha vencido al candidato del comunismo Massa, responsable de la inflación galopante de Argentina. Y Milei, personalmente, no me convence. Pero no existía otra solución para Argentina que derrotar a los herederos de la farsa populista y comunista. Y prueba de la importancia del triunfo apabullante de Milei es la reacción de ira histérica que ha generado su triunfo en el periodismo sanchista y la ultraizquierda española. ¿Conseguirá Milei su sueño y promesa de recuperar el prestigio y el poder de Argentina? Si se ciñe a un primer empeño, lo hará. Que dejen de robar los dirigentes al pueblo que no quiere enterarse de lo que sucedió, sucede, y dejará de suceder.
Amo profundamente a Argentina. Y Milei es la esperanza. Me resulta chocante su personalidad, pero no merece ser condenado cuando ha sido votado con abrumadora mayoría. Los ladrones, fuera. La viuda de Kirchner, probablemente, a la cárcel. Y el niño también. Sueñan los argentinos con los supermercados repletos de la carne que hoy no pueden comprar. Su moneda es papel mojado. El comunismo siempre fracasa económicamente. Y Milei es la gran esperanza.
Curioso el dato. De los argentinos residentes en España, el 69 por ciento ha votado a Milei y el 31 por ciento a Massa. No obstante, las televisiones públicas y subvencionadas no han conseguido encontrar a ninguno de los primeros, que casi doblan el número de los perdedores. En fin…
Echenique se queda. No hay bien que por mal no venga.
¡Suerte, Argentina!