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HorizonteRamón Pérez-Maura

Una idea para Feijóo y Abascal

Esta iniciativa creo que pondría a Sánchez en una situación muy difícil ante el comisario de Justicia. Es una fórmula de fácil aplicación, que se puede hacer con rapidez y que despolitiza la Justicia más que ninguna otra alternativa

Por más que el euroescepticismo crezca en España, no está de menos recordar que toda ayuda para frenar el desmán que está perpetrando Sánchez con nuestra patria debe ser muy bienvenida. Ese euroescepticismo ha hecho a algunos ningunear el debate en el Parlamento Europeo el pasado miércoles. Un debate que puso la democracia española a la altura de las de Polonia, Hungría y Rumanía. Con un matiz diferencial muy relevante a favor de Hungría: Víctor Orbán ha ganado cuatro elecciones generales por mayoría absoluta. La última con prácticamente toda la oposición unida en una coalición. Pedro Sánchez perdió las elecciones del 23 de julio.

En su intervención en Estrasburgo, Didier Reynders, el liberal belga que es comisario de Justicia, sí hizo una advertencia que afecta a todos los partidos: la de la gravedad de la no renovación del Consejo General del Poder Judicial. Y efectivamente es un problema serio. Y es un asunto en el que resulta complicado que la oposición proponga una alternativa. Pero hay una idea que sí puede servir como iniciativa.

  • Está claro que la ley que impuso el Partido Socialista en 1985 y que politizó la elección de los miembros de CGPJ, se ha demostrado un fracaso. En estos días en que tantos elogios oigo y yo mismo prodigo al Alfonso Guerra, que se ha levantado contra la iniquidad de Pedro Sánchez, no olvidemos que esa reforma de 1985 la promovió él con la célebre sentencia «Montesquieu ha muerto». El Partido Popular llevaba en su programa electoral de los últimos comicios el reformar el proceso de elección y que sean los propios jueces los que escojan los miembros del CGPJ. La teoría es buena, pero no creo que Reynders ni nadie acepte una propuesta a cuatro años vista.

Así que la idea que querría proponer a Núñez Feijóo y a Abascal es que, en lugar de la redacción de una nueva ley, propongan simplemente la derogación de la de 1985 que sacó adelante el rodillo socialista -con la fiera oposición de la Alianza Popular de Manuel Fraga, por cierto. La simple derogación implicaría la vuelta a la ley de 1980 que por cierto se aprobó con el apoyo de UCD y PSOE: la elección del CGPJ por los propios jueces. Lo mismo que proponía el PP en su programa electoral, pero sin necesidad de una nueva ley.

Si la oposición pusiera esta iniciativa en marcha creo que pondría a Sánchez en una situación muy difícil ante el comisario de Justicia. Es una fórmula de fácil aplicación, que se puede hacer con rapidez, que despolitiza la Justicia más que ninguna otra alternativa y que cuando se aprobó en las Cortes tuvo un respaldo muy superior a la ley con la que se sustituyó ésta un lustro más tarde.

Si alguien tiene una idea mejor para desbloquear el proceso de renovación del CGPJ me encantará apoyarla. Pero ya llevamos demasiado tiempo sin avanzar un ápice en esa materia. Les propongo que le den una vuelta a la idea.