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HorizonteRamón Pérez-Maura

Alfonso Osorio y la Monarquía

Gracias a personas de su talla intelectual y humana España pudo tener una transición pacífica que hoy pretenden demoler desde el Gobierno que padecemos

La Asociación Católica de Propagandistas vivió una jornada relevante el pasado martes al celebrar el centenario del nacimiento de Alfonso Osorio y con ese motivo la familia donó al Centro de Documentación, Investigación y Formación de la ACdP una copia del archivo de Alfonso Osorio.

Osorio fue un propagandista relevante, que sería vicepresidente del Gobierno con Adolfo Suárez y que, como me correspondió explicar en el acto de la ACdP, jugó antes de llegar al Gobierno un papel relevante en la «Operación Príncipe»

Participó en la asociación de Amigos de Maeztu cuyo objetivo, según Osorio, era «una operación de acercamiento entre Franco y Don Juan para que la Monarquía pudiese venir desde el régimen de Franco, porque en todos existía el convencimiento de que sin la voluntad de Franco en España no habría nunca Monarquía.» Es entonces cuando empieza a decir: «Yo soy monárquico de convicción, demócrata cristiano de formación y liberal de talante».

En su libro Escrito desde la derecha, publicado en 1985, sostiene Osorio que «no hay mejor defensa de la democracia que la Monarquía. Porque la Monarquía no es una ideología o un sindicato de intereses. Hay quienes suponen que la Monarquía ha de orientarse en una dirección determinada dentro de las varias entre las que hoy se dividen las preferencias de los hombres, que ha de significar el predominio de una determinada clase social o la imposición de un particular sistema de Gobierno. Pero de las tres ventajas de la Monarquía, tradicionalmente señaladas, la preparación del jefe del Estado, la continuidad de su magistratura y el no deber nombramiento a ningún interés o grupo de intereses de clases o de partidos, la tercera es la decisiva: la que fundamentalmente la separa de los demás, la que la hace distinta.»

Desde el entorno del almirante Carrero Blanco, se promovió la llamada «Operación Príncipe». Osorio confiesa que estuvo siempre en la «Operación Príncipe». «Yo creía y sigo creyendo que la Monarquía es el régimen para España y, a mi juicio, había que hacer lo que estuviese en nuestra mano para que la Monarquía volviese a España. Y estaba convencido entonces, como sigo convencido ahora -declara en el libro de Van Halen- de que la Monarquía es el único régimen de integración posible en España, el único régimen que puede hacer posible la convivencia entre los españoles, el único régimen que puede hacer viable el entendimiento y la liberalidad en la acción política.»

Más tarde Osorio se une al grupo Tácito, como bien explicó en el seminario su compañero de Gobierno José Manuel Otero Novas, que desde las páginas del diario Ya buscaba, en sus palabras «evolución, democratización, no ruptura, transición pacífica, y en todo caso, lealtad a la Corona que venía, lealtad a Don Juan Carlos».

Osorio explica con claridad: «No tuve la menor duda de que la evolución del régimen de Franco se iba a producir hacia la apertura y hacia la democracia. Estaba convencido de que el Príncipe quería ser el Rey de todos los españoles. De que el Príncipe quería dar por liquidada la Guerra Civil y que, por tanto, sus posiciones eran de una claridad meridiana. El problema estaba, únicamente, en saber a qué ritmo se podía llegar a la democracia y qué tipo de resistencias podrían existir por parte de los hombres del régimen de Franco, más que de la propia herencia de Franco. Para mí, por tanto, no existía ninguna duda. Sabía lo que el Príncipe deseaba y quería hacer.» Y lo que es más importante, Osorio concluye que «creo que cuando Franco decía que todo quedaba atado y bien atado, consideraba que todo quedaba atado y bien atado en la persona de Don Juan Carlos y aceptaba cualquier decisión que éste tomase.»

Gracias a personas de la talla intelectual y humana de Alfonso Osorio España pudo tener una transición pacífica que hoy pretenden demoler desde el Gobierno que padecemos.