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HorizonteRamón Pérez-Maura

Bolaños y el frenopático

Y ahora tiene Bolaños los bemoles de salir a enfrentarse directamente con Reynders diciendo que su portavoz miente. Estamos entrando en un terreno peligroso

Lo que hemos vivido esta semana es algo que no tiene parangón entre las democracias occidentales. Hemos visto cómo un Gobierno salido del Congreso de los Diputados como resultado de una elección entra en un conflicto directo con el Poder Judicial de su país. Pero lo peor no es eso. Lo verdaderamente grave es la forma en que ese Gobierno se empeña en negar la evidencia. Sánchez hace lo que le da la gana porque cree que tiene un poder absoluto. Y así, una democracia no puede sobrevivir.

Ver al ministro Bolaños declarar el jueves que en la Comisión Europea hay «cero preocupación» con la deriva del Gobierno español y que el viernes desde la propia Comisión se le desmintiera es bastante grave. Pero lo que ya es de frenopático es que después de que la Comisión advirtiera que Bolaños no estaba diciendo la verdad, él saliera a decir que lo cierto es lo que decía él y no la versión de la Comisión.

Hombre, quizá Bolaños debería contestar a la pregunta ¿si en la Comisión hay «cero preocupación» por qué ha ido usted a visitarlos? Pues a lo mejor tiene que hacer más visitas para ayudar a que siga sin haber preocupación. Como ya comentamos en su momento, al comisario Reynders no le hizo ninguna gracia que Bolaños respondiera con una mentira a su petición de que le enviasen el borrador de la Ley de Amnistía. Bolaños respondió que ese borrador no lo tenía él sino los grupos parlamentarios. Y al presentar la ley Bolaños dijo que llevaba meses trabajando en el borrador. Se rio del comisario Reynders a la cara. Este Gobierno está tan lleno de sí mismo que se cree que las mentiras no tienen consecuencias. Pero consta que a Reynders sí le molestó el que le tomaran por idiota –sí, hay gente a la que eso no le gusta y no se lo toma a bien…

Y ahora tiene el ministro los bemoles de salir a enfrentarse directamente con Reynders diciendo que su portavoz miente. Estamos entrando en un terreno peligroso. ¿Cómo no va a manifestar la Comisión Europea su preocupación cuando en un solo día Sánchez recibió dos revolcones de la Justicia en nombramientos tan relevantes como el de la presidente del Consejo de Estado y la falta de idoneidad del fiscal general del Estado? Y no olvidemos el nombramiento de Dolores Delgado como fiscal de Sala Togado de lo Militar que también ha sido anulado. No hay país en Europa con un intervencionismo de este calibre en la Justicia.

Lo más curioso de todo esto es que la estrategia de Sánchez era llevar todo lo que pudiera perder en los tribunales de Justicia al Tribunal Constitucional, para lo que ha armado una mayoría muy cómoda. Quizá sea conveniente que alguien se ocupe de recordar a la Comisión que ese Tribunal Constitucional condenó por dos veces al Gobierno de Pedro Sánchez por violar los derechos de los españoles durante la pandemia. En cualquier democracia de medio pelo eso hubiera derribado al Gobierno. En España Sánchez ignoró la sentencia de forma supina y no tuvo ninguna consecuencia. Pero ahora entramos en otro escenario. Él querrá que se cumplan estrictamente las sentencias del Constitucional. Y la vigilancia de la Comisión Europea le impedirá a él ignorar al Tribunal Supremo y al Consejo General del Poder Judicial. Deus vult.