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HorizonteRamón Pérez-Maura

Sánchez es mañana el bombero pirómano

El tipo que ha fracturado España más que nadie en el último medio siglo es el que va a explicar a los más poderosos del mundo cómo se supera esa fractura.

Nuestro presidente del Gobierno participa mañana en el Foro de Davos. Nada tengo que objetar. Al menos en teoría. Es bueno que España esté representada al más alto nivel en una reunión a la que suelen asistir los presidentes, jefes de Gobierno, empresarios y banqueros más relevantes del mundo. Normalmente yo querría que nuestro jefe del Gobierno pudiera hacer ahí una gran defensa de los progresos de nuestro país. Lo malo es que me temo que cuanto más vean a Sánchez, más van a querer salir corriendo en dirección contraria. Desde su intervención en el Parlamento Europeo su imagen ha comenzado a diluirse en las instancias internacionales. Entre otras cosas, porque la actuación que tuvo allí ya no es sólo difundida por la oposición en España, sino también por dirigentes políticos de muchos otros países.

Sánchez tendrá el cuajo mañana por la tarde de intervenir en Davos bajo el título «Lograr la seguridad y la cooperación en un mundo fracturado». Es decir, que nos anuncia que se ha convertido en el bombero pirómano. El tipo que ha fracturado España más que nadie en el último medio siglo es el que va a explicar a los más poderosos del mundo cómo se supera esa fractura. Hombre, presidente, la mejor manera es empezar por no fracturarlo ¿No le parece?

El sujeto que habla de muros, el que cuenta a los españoles que lo grave es que el PP pueda alcanzar algún acuerdo con Vox, pero que es bueno que él Gobierne gracias a los golpistas de Junts y Esquerra y a los herederos de ETA es el que nos habla de fracturas. El que se pasa el día diciendo que ETA no es un problema porque «desapareció» hace un cuarto de hora, pero que nos está recordando a todas horas que Franco, que murió hace 47 años, sigue siendo el gran problema, el que no admite que las víctimas de ETA siguen teniendo derechos, pero se los reconoce a los que asesinaron a esas personas, éste es el que habla de «un mundo fracturado».

Yo sólo he acudido una vez a Davos, en 2003. Lo recuerdo como un lugar inhóspito, donde los consortes de los intervinientes disfrutaban esquiando mientras que los participantes en el foro promovían tesis que contradecían las de hacía uno o dos años y también serían contradichas al año siguiente o el posterior. Creo que no aprendí mucho allí y lo lamento por el dinero que ABC se gastó en enviarme. Pero visto con perspectiva, es difícil que se pueda conseguir nada de un foro donde lo importante es que puedan intervenir todos los grandes cargos del mundo. Porque lo más relevante que puede salir de la intervención de Sánchez mañana es que le tomen la medida algunos de los que todavía no se la han tomado. Aunque hay que reconocer que ya sabemos que cuando no hay nadie para salir a poner de relieve sus mentiras, su intervención puede resultar muy convincente ante el auditorio presente. Ya lo vimos la semana pasada con su intervención en el Spain Investors Day con las «Cuatro mentiras de Sánchez en un solo discurso» que destacó El Debate. Pero para cuando se pueda revelar algo así en Davos, su audiencia estará ya pendiente de otro discurso, incapaz de creer que nadie pueda mentir así.