El comunismo que no quiere recordar Yolanda

La Fundación Canal Madrid acaba de inaugurar una exposición histórica que yo creo que debería ser visita obligada para todos los menores de 45 años. Es decir, los que el 9 de noviembre de 1989 no tenían uso de razón. Al menos no el suficiente como para entender lo que significó la caída del Muro de Berlín. La exposición se titula El Muro de Berlín. Un mundo dividido y creo que es muy relevante porque a los jóvenes se le habla del comunismo como una política idealizada, que promueve la felicidad y la vida más acomodada para todos los ciudadanos.

La principal representante del comunismo en nuestro país es hoy la vicepresidente segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, de quien no consta que se haya dado de baja como militante del Partido Comunista de España. Díaz no quiere que se recuerde hoy como defendía el comunismo de las décadas de 1950, 60, 70 y 80 las libertades de la ciudadanía. Y Berlín es un magnífico ejemplo en el que la parte de la ciudad administrada por Estados Unidos, Reino Unido y Francia, estaba rodeada desde agosto de 1961 por un muro que tenía como objetivo impedir la huida de la llamada República Democrática Alemana –es decir, de la dictadura– a la República Federal de Alemania, o lo que es lo mismo, a la democracia.

Esta izquierda tan animalista no quiere recordar cómo hace cuarenta años los guardias fronterizos del comunismo tenían la orden de cazar a tiros a cualquier ciudadano que quisiera dejar la RDA en busca de la libertad. Como si fueran conejos, en cuanto aparecían al otro lado del Muro, se disparaba contra ellos con fusiles y ametralladoras. Cuando un cazador mata una presa a la que está acechando, o cuando un torero estoquea un morlaco, Yolanda y su mano derecha, Urtasun, salen a hacer duras condenas en defensa de las bestias. Pero nunca hacen una firme condena de los seres humanos que fueron asesinados intentando ganarse la libertad. Es más relevante la vida de un predador como el zorro, que la de un ser humano.

Yolanda Díaz y sus compañeros de fatigas son los herederos de ese comunismo que hoy intentan presentarnos como una utopía. También pretenden convencernos de que nunca se aplicó bien. Por eso debe de ser la ideología que ha provocado un mayor número de muertos. Muchos más que el nazismo como quiera que se intente comparar. Pero quienes no condenan aquel comunismo y siguen militando en el partido continúan promoviendo el hambre, la miseria y finalmente la muerte. Creo que es indiscutible que el comunismo no ha traído ni la libertad, ni la prosperidad, ni el bienestar a ninguna sociedad del mundo en toda la historia. Pero España es la única democracia occidental con comunistas en el Gobierno. Intentan convencernos de que el problema son el PP y Vox. Partidos cuyos homólogos gobiernan en la mitad de ese Occidente libre. Y lo malo es que en España hay tantos que se lo creen que lo nuestro no tiene remedio. Y nos lo merecemos.