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HorizonteRamón Pérez-Maura

Sánchez y la mentira triunfan. O no

Si esa persona ha escuchado a Sánchez y después ha leído el informe del Foro ¿qué idea cree usted que ha sacado sobre la fiabilidad del Gobierno español?

Al presidente del Gobierno parece que no le va mal el uso de la mentira como instrumento de su acción política. En España sabemos que su éxito es total, lo que demuestra la degradación moral de nuestro país. Habrá que ver si fuera de España ese uso descarado del engaño y la falta a la verdad sale gratis también.

Contábamos en El Debate el pasado día 12 como Sánchez había colocado cuatro mentiras en un solo discurso durante el Spain Investors Day en Madrid, al que acuden inversores y emprendedores de medio mundo. A lo mejor en el momento de pronunciar el discurso te ganas el aplauso que tanto te importa para las cámaras de televisión. Pero cuando esos inversores estudian los números y descubren que han aplaudido una mentira, generalmente tienden a sentirse molestos y tomar nota de que no se pueden fiar de un tipo así.

Como bien ha explicado en El Debate Unai Mezcua, hemos visto la repetición de la jugada esta semana en el Foro de Davos donde Sánchez tuvo el valor de decir que «hemos atraído más inversión extranjera directa que nunca» o que «hemos crecido por encima de la media de la zona euro». Para esa afirmación sobre inversión extranjera Sánchez empleó una métrica que es desaconsejada por su propia Dirección General de Comercio porque puede distorsionar la realidad; si se emplea la metodología que usan todos los demás, la realidad es que la inversión extranjera ha caído un 23 por ciento, pero no parece que eso sea muy relevante para Sánchez. O que esté dispuesto a reconocerlo. La realidad se tapa con mentiras.

Y respecto a crecer por encima de la media de la zona euro, el mismo Foro de Davos presentó un informe según el cual en crecimiento España fue el octavo país por la cola de entre los de la UE, con un crecimiento medio del 1,8 por ciento, por debajo de la media. Un empresario o un inversor paga una fortuna por asistir al Foro, lo que indica que lo considera una institución solvente a la hora de orientarle en dónde poner su dinero e intentar crear riqueza. Si esa persona ha escuchado a Sánchez y después ha leído el informe del Foro ¿qué idea cree usted que ha sacado sobre la fiabilidad del Gobierno español? ¿A quién cree usted que creerá más?

Esta semana también, el pasado jueves, se publicaba en el Financial Times un extenso análisis sobre la ley de amnistía de la que se decía en el artículo que «ha desencadenado fuertes críticas y levantado preocupaciones sobre la estabilidad del país como destino de inversión». Eso, dicho de forma más directa, es tener preocupación sobre la seguridad jurídica del país en el que se quiere invertir. Y cuando falta seguridad, el dinero huye. Con razón.

El batallón mediático gubernamental sigue intentando vendernos sin pudor los éxitos del presidente por el mundo. Pero la realidad es muy otra y con frecuencia no pueden disimularla. La imagen de Sánchez reunido con los empresarios españoles después de su intervención en Davos era patética. Era lo más parecido a un grupo de deudos sentados alrededor de un féretro durante un duelo. Ni uno sonreía. Salvo Sánchez.