O protestamos, o nos pisotea
Diez razones para seguir manifestándose contra un Gobierno desquiciado, que esta misma semana ha inventado el terrorismo bueno y el terrorismo malo
España va dando pasos hacia la distopía 1984 de George Orwell. Existe un Gran Hermano (Sánchez) que con su Ministerio de la Verdad (sus televisiones) ha inventado una neolengua, que convierte el blanco en negro y por la que 2+2=5. Con sus cadenas televisivas al galope y unos tertulianos que cambian de opinión en piloto automático cuando el PSOE pulsa el botón de sus cerebros, el Gobierno crea cada día una seudorrealidad y consigue lavar el cerebro a parte de la población. Por eso conviene recordar diez verdades básicas:
1.-Todos los países del mundo espían a sus enemigos. El primer deber de todo estado es defender su integridad territorial y protegerse de las amenazas interiores y exteriores a su seguridad, unidad y economía. El Estado español habría incurrido en una grave dejación de funciones si no hubiese espiado a unos separatistas catalanes que tenían en marcha un golpe sedicioso contra España. Y por cierto: quien ordenó espiar a Aragonés como sospechoso de estar tras los CDR fue el propio Sánchez, que ahora se escandaliza solo porque necesita el voto de aquellos a los que él mismo investigaba.
2.-En ninguna nación del mundo el Gobierno se pone a la orden de un fugitivo de la justicia del país. Supondría el sumo disparate.
3.-En ninguna democracia del mundo se piden 14 años de cárcel para un dirigente del fútbol muy chabacano, que dio un beso improcedente en público a una futbolista que se tronchaba de risa, pero se indultan y amnistían golpes de Estado contra la unidad nacional, que acabaron en la declaración de una República. Tampoco se amnistía el asalto a un aeropuerto y una estación del AVE, cortar autopistas, organizar barricadas de fuego en una gran capital, golpear a policías y preparar ataques contra el jefe del Estado.
4.-Ninguna democracia, salvo España, cuenta un instituto de encuestas del Estado que las truca sistemáticamente a favor del Gobierno. Colocar a un miembro de la ejecutiva de tu partido al frente del organismo estatal de sondeos y que ese militante partidista falle en todos sus estudios para dar oxígeno al Gobierno sería considerado un delito en cualquier democracia sana. El canciller austríaco Sebastian Kurz cayó por algo parecido.
5.-En ninguna democracia europea existe un modelo televisivo con un cuasi monopolio de la izquierda. Tampoco existen presidentes que censuran a los medios que no son de su cuerda negándose a entrevistas con ellos.
6.-En ninguna democracia sana los ministros se dedican a la cacería de los jueces que cumplen con su cometido y aplican la ley. Sánchez lo hace porque hoy las leyes suponen una traba a sus desafueros políticos.
7.-En ninguna democracia normal el presidente del Tribunal Constitucional actúa como un títere del Gobierno y se lanza a corregir las sentencias del Tribunal Supremo solo para atender a los intereses políticos del jefe del Ejecutivo.
8.-En ninguna democracia normal el presidente del Gobierno crea desde la nada puestos ad hoc en la administración para enchufar a sus amigos, o coloca a su hermano en un organismo provincial que gobierna su partido, dándole además fondos europeos para óperas que no ve nadie.
9.-En ninguna democracia normal el presidente del Gobierno elige como socios a partidos que quieren romper su país, que rechazan la Constitución, que se niegan a acudir a las preceptivas consultas con el jefe del Estado y que se consideran por encima de los demás y plantan las reuniones de mandatarios regionales.
10.-En ninguna democracia normal se liquida la igualdad de los ciudadanos para privilegiar a los vecinos de unos territorios sobre otros mediante indultos, amnistías y financiaciones a la carta.
Si no levantamos nuestra voz en la semana en que Sánchez ha inventado algo tan repugnante como el terrorismo bueno y el terrorismo malo, entonces seremos una recua ovina presta a que un proyecto de autócrata la pastoree. Ojalá que haya muchísimos españoles despiertos en la protesta de este domingo en Madrid.