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Vidas ejemplaresLuis Ventoso

Operación Pélets 2, o cómo nos toman el pelo

Feijóo no va a indultar a Puigdemont, lo que sí ha ocurrido es el asesinato de Barbate, el clamor del campo, el acoso a los jueces, la ley de amnistía…

Feijóo comió el pasado viernes con los periodistas que le siguen en su caravana electoral por Galicia y no estuvo fino en sus explicaciones (o quiso reventar, sin éxito, una trampa que le estaban preparando Puigdemont y Sánchez sobre los tanteos que mantuvo el PP con Junts el pasado agosto). Al abordar el tema Puigdemont en su almuerzo con la prensa, Feijóo vino a decir que jamás lo indultaría. Pero lo hizo con una fórmula errada, farragosa y poco rotunda, explicando que el PP solo se avendría a ello si el fugitivo hubiese venido a España a entregarse, si hubiese renunciado a la vía unilateral, si hubiese mostrado arrepentimiento… Como nada de eso se da, la conclusión era evidente: para el PP no cabe el indulto.

Feijóo se metió en un lío innecesario. Le bastaba haber dicho, como hizo el domingo en Ferrol, que jamás habrá amnistía ni indulto para Puigdemont. El País vio la jugada y manipuló lo ocurrido, con unos titulares trucados en su portada que daban a entender que ahora mismo Feijóo está negociando un indulto con Puigdemont. Sánchez, que estaba en el ajo, se refirió ya al tema el sábado en una entrevista en La Voz de Galicia. Por su parte, el canal 24 horas de TVE se pasó la mañana del domingo con un rótulo que repetía literalmente el titular tendencioso de El País –el lobby de Sánchez trabaja como un ejército– y los ministros salieron de inmediato a galope con el tema de que Feijóo es al final como nosotros, los socialistas, y también amnistiaría a Puigdemont llegado el caso.

¿Se acuerdan de los pélets? Ya muy poco, claro. Pero aquella supuesta tragedia ecológica, de la que se culpó sin argumento alguno a la Xunta, fue la gran campaña mediática de la izquierda en la precampaña. Un ilustre literato gallego llegó a alertar en doble página en el inefable periódico global sobre los graves riesgos para la salud que suponían las bolitas plásticas. Galicia era casi como Fukushima para la izquierda. Yolanda se hacía fotos en las playas cedazo en mano, con look de pícnic y gesto compungido. La televisión al rojo vivo no paraba. No funcionó. Era una hipérbole y de aquellos pélets del apocalipsis ya no se acuerda ni el BNG.

Así que hacía falta un Pélets 2 para el arreón final de la campaña. Y en eso estamos: «Feijóo quiere indultar a Puigdemont». El despliegue mediático del régimen es tal que con dos guardias civiles asesinados por los narcos en Barbate y con el campo en pie de guerra, el Telediario del mediodía de TVE dedicó ayer todo su arranque a la falsa noticia de que Feijóo también quiere indultar a Puigdemont. Las palabras tajantes del jefe del PP desmintiéndolo no han servido de nada. Los ministros no hablan de otra cosa y todo el cañón mediático de la izquierda está disparando con intensidad asombrosa, incluso para sus estándares.

Operación Pélets 2. O cómo nos toman el pelo. La noticia estelar del momento no es el globo de gas con Feijóo y Junts. La noticia del momento es que dos guardias civiles han muerto asesinatos por los narcos en Barbate. La noticia es que Marlaska y Sánchez los envían a defendernos en unas lanchas neumáticas de pacotilla, que son un chiste frente a la potencia y eslora de las fuerabordas de los narcos. La noticia es que el ministro del Interior estuvo horas antes en la zona haciendo propaganda triunfalista sobre su dispositivo, cuando es absolutamente insuficiente. La noticia es que el DAO de la Guardia Civil, siguiendo instrucciones políticas de sus superiores, ordenó a los agentes de la Benemérita algo tan aberrante como que no participasen en los actos de duelo por sus dos compañeros, no se fuese a perjudicar al Gobierno del PSOE (el DAO tuvo al final la dignidad de rectificar tras el magnífico gesto de la viuda de Pamplona, que no quiso una medalla de manos de Marlaska para su difunto marido).

La noticia es que el presidente del Gobierno no tuvo la elemental humanidad de acompañar a la Guardia Civil –y a todos sus españoles– en su dolor y prefirió unas risitas y unos selfies en los Goya (con ecológico regreso en Falcon para volver de Valladolid a Madrid). La noticia es que los agricultores no pueden más, por las trabas de la exageradísima cruzada verde y por la inflación, y el Gobierno «progresista» se dedica a insultar a los que protestan presentándolos como una caterva de «ultras». La noticia es que quien sí quiere amnistiar a Puigdemont, quien le debe el poder y ha indultado a los golpistas de ERC y ha cambiado el Código Penal a su dictado es Sánchez. La noticia es que el presidente del Gobierno se ha unido a un partido separatista xenófobo para acusar a los jueces de «guerra sucia». La noticia es que Bildu, partido socio de Sánchez, se retrata y se niega a secundar los minutos de silencio y las declaraciones institucionales en recuerdo de los dos guardias civiles asesinados. La noticia es que el presidente que soportamos está empuercando cada día nuestra democracia.

Así que serán muy pánfilos mis paisanos gallegos, que no lo son, si el próximo domingo en las urnas sucumben a la Operación Pélets 2. Lo que se juega en Galicia es lo siguiente: o Rueda, aunque no sea el líder más emocionante del orbe; o una presidenta separatista que quiere echar de la región a la justicia española, caminar hacia la independencia e imponer un cien por cien de gallego en todos los ámbitos. Lo que se juega este país es evitar que la enfermedad separatista contamine también Galicia y que España tenga un nuevo quebradero de cabeza. Así que en lugar de plegarse a las cortinas de humo del orfeón «progresista», los gallegos –y también Vox– deberían darle una pensada a que el 18-F va de o Rueda o Pontón (versión con americana blanca y envoltura pop del más vetusto comunismo separatista). Al final no hay más. Solo uno de los dos gobernará.