Hablemos de Besteiro
No creo que haya mayor ofensa a los electores que seguir calentando el pesebre de la Carrera de San Jerónimo y disimular que eres aspirante a barón durante un par de semanitas, un tiempo irrelevante para quien lleva viviendo del erario desde que apenas había cumplido los 30 años
José Ramón Gómez Besteiro es diputado sanchista en el Congreso. Además, durante los últimos quince días, ha sido designado en comisión de servicios como candidato a presidir la Xunta de Galicia; es decir, ha sido nombrado por Pedro Sánchez tonto útil para quemarse en las urnas y volver a encabezar otro batacazo de Ferraz. Así que el impostor Besteiro pasará a partir de este domingo a engrosar el panteón de derrotados socialistas en Galicia: ya le esperan en la cripta Abel Caballero, Antolín Sánchez, Pérez Touriño (que logró gobernar en 2005), Pachi Vázquez, González Laxe y Fernández Leiceaga, entre otros. Pero lo más escandaloso es que tan poco confía en desbancar a Alfonso Rueda que ni siquiera ha abandonado el escaño de diputado en Madrid. Dice que lo hará tras el 18-F pero, mientras tanto, los problemas de los gallegos se los pasa por el arco de la derrota. No creo que haya mayor ofensa a los electores que seguir calentando el pesebre de la Carrera de San Jerónimo y disimular que eres aspirante a barón durante un par de semanitas, un tiempo irrelevante para quien lleva viviendo del erario desde que apenas había cumplido los 30 años.
Este desahogado abogado lucense ya cuenta en su currículum con varias investigaciones por casos de corrupción cuando era concejal en su ciudad, sumarios que acabaron sin imputación, todo sea dicho. No obstante, ha logrado sobrevivir como uno de los palmeros más aplicados del sanchismo. Solo un esforzado de la mamandurria pública presta su nombre para la pantomima de encabezar una lista, cuando todo su partido trabaja para que la próxima presidenta de la Xunta sea la candidata del BNG, Ana Pontón, ese partido socialista que se conforma con que el morrazo que se dé José Ramón solo requiera llamar a Emergencias y no a los servicios funerarios. Besteiro ya se alió con el Bloque para presidir la Diputación de Lugo, así que sabe bien cómo las gasta el criptonacionalismo de Pontón.
Besteiro llega a las elecciones de pasado mañana con una biografía puramente sanchista. Tras ser rehabilitado por la Justicia, el Sumo Líder le recuperó en 2023 como delegado del Gobierno en sustitución de José Manuel Miñones ascendido al Ministerio de Sanidad, un breve ministro gallego del que nadie se acuerda, cambio de cromos que Sánchez remató cuando sacó a Besteiro de la Delegación apenas dos meses y medio después para «premiarle» con su inclusión en la lista nacional por Lugo y de ahí, con apaño mediante, convertirle en fugaz candidato autonómico. Fue, por mandato de Sánchez, el primer diputado en falar galego en la Cámara baja: «Pienso en gallego, hablo en gallego y defiendo el gallego», ha sostenido quien solo ha querido ser candidato en Galicia a tiempo parcial y ni por asomo se plantea quedarse en la oposición cuando pierda estrepitosamente ante el Bloque, como adelantan todas las encuestas.
Tras el patinazo de comunicación del PP con la amnistía, el gran Besteiro se enseñoreaba hace unas horas en la tele pública aprovechando la ausencia de Rueda, otro error de libro del PP. Nadie le recuerda habitualmente una verdad tan grande como un centollo gallego: que él ha votado que sí a la aberración anticonstitucional que consagrará a los gallegos como ciudadanos de segunda frente a los Puchi y cia.
Si dentro de 48 horas la torta se la da Pedro Sánchez, sería su sexto testarazo en autonómicas (Galicia y País Vasco-2020; Madrid-2021; y Castilla y León y Andalucía-2022), sin olvidar el batacazo del 28 de mayo pasado, pero no pasará gran cosa. Una más. La máquina de propaganda sanchista dirá que la fachosfera no ha permitido que su mensaje calara, y arreglado. Pero si Alfonso Rueda y, a mayores, Alberto Núñez-Feijóo, no revalida la quinta mayoría absoluta se desatará un tsunami en Génova y el orfeón mediático de Pedro tronará. Aquí también la asimetría es de aurora boreal. Nadie hablará de ese candidato de pega que colocó el presidente socialista para salir del paso y engañar a los gallegos.
Que conste en acta que ese figurante se llama Gómez Besteiro y sitúa a los catalanes por encima de los gallegos, a los que prometió defender.