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Cosas que pasanAlfonso Ussía

Cuidado con la madre

Negociar con una madre como la Mbappé tiene que resultar agotador, y le hago ver a Florentino Pérez que le deseo fuerza, tesón y paciencia para torear a ese miura

Llevo 48 horas respondiendo a la misma pregunta. ¿Estás de acuerdo con el fichaje de Mbappé por parte del Real Madrid? Mi respuesta no resulta convincente. «Por el futbolista, sí, por la madre, no». Y ahí radica el problema. Madre sólo hay una. Ya lo escribió el gran Rafael de León, el ignorado. Don Rafael es el autor de muchas coplas y romanzas que se oyen todas las mañanas en Andalucía. El Romance de Valentía, entre otros, que han cantado todas las folclóricas de España. No sabe el pueblo, el buen pueblo que todavía canta, que el autor de sus tonadas matutinas era conde y marqués. Conde de Gómara y marqués del Valle de la Reina. Como Luis Escobar, un marica discreto y educado, como los de toda la vida en las buenas familias. En su poema «Toíto te lo consiento», Rafael de León, defiende con ardor la figura de la madre. Antonio Burgos reunió una preciosa antología de su obra, con un prólogo formidable. Durante una comida en Madrid, con Antonio y Paco Umbral, el genial prosista vallisoletano nacido en el Foro, no fue generoso con Rafael de León. «Es una mala imitación de Lorca». Y se equivocaba. Rafael de León no aspiraba a otra cosa que a ser un poeta popular, y en su aspiración fue grandioso. Los maestros Quiroga y Quintero convirtieron en canciones sus poemas, De su poesía culta y fundamental, me quedo con Las Muertes de Sevilla, un poema portentoso. Pero su poesía popular es la que ha trascendido venciendo a los tiempos. No me digas que no, El Barquito Velero, Tatuaje, La Parrala y Toíto te lo Consiento. Pues eso, el hombre rico encaprichado de una amante insaciable de joyas y vestidos. Una amante que se topa con la resistencia de una madre. Y ese final.

A la mare de mi arma

La quiero desde la cuna…

¡Por Dios, no me la avasalles,

Que mare no hay más que una,

Y a ti te encontré en la calle!

Absolutamente cierto que «mare no hay más que una». Y el gran problema de Mbappé, es su madre. Además de su madre, es su administradora y representante. Un poco más, y sale al terreno de juego de la mano de su hijo en los partidos de la Copa de Europa o Liga de Campeones, la «championlí», como dicen por la tierra de María Santísima.

Todos los futbolistas han tenido o tienen madre, y a sus brazos y besos acuden para festejar los triunfos y buscar el consuelo en las derrotas. Pero tengo entendido que la madre de Mbappé, rebaja a un segundo plano los besos y los abrazos en beneficio del negocio. Mbappé está más dominado por su madre que mi querido y generoso amigo Cristián Ildefonso Laus Deo María de la Regla Ximénez de Andrada y Belvís de los Gazules, Valeria del Guadalén y Hendings, el octavo Marqués de Sotoancho. Sotoancho, tarde y mal, supo reaccionar y poner a su madre en su sitio, pero mucho me temo que Mbappé se siente cómodo en su esclavitud materna. – Mamá, ¿me dejas dinero para invitar a cenar a Josephine a la «Tour D´Argent»? –A ese sitio no, hijo mío, que es muy caro. Pero si quieres llevar a Josephine a cenar unas hamburguesas, te presto cincuenta euros y vas que chutas-.

Negociar con una madre como la Mbappé tiene que resultar agotador, y le hago ver a Florentino Pérez que le deseo fuerza, tesón y paciencia para torear a ese miura. Eso sí, como futbolista, es buenísimo y le puede dar muchas tardes de gloria al Real Madrid. Pero dejando las cosas muy claras en la firma del contrato.

- Su madre no juega-.

Si acepta esa cláusula contractual, no me parece mal que se incorpore al Real Madrid.