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Al bate y sin guanteZoé Valdés

Vértigo

Francia está definitivamente perdida. Vértigo e ira. Aunque Bruselas probablemente esté peor

Siento vértigo, no puedo describirlo de otra manera, ante lo que estoy reviviendo, tanto en Francia como en España. El intento de cierre de diversos canales televisivos franceses, acusados de extrema derecha, me perturba mucho, pero más me inquieta la presumible convicción de que algo raro ocurre con relación al narcotráfico entre España y Marruecos. Verdadero vértigo ante lo ya vivido.

En Cuba, en 1989 fueron fusilados varios generales y otros muchos acusados también y encarcelados por orden de Fidel Castro, inculpados de sostener un comercio –independiente al régimen– relacionado con el narcotráfico. Los cubanos somos conscientes de que en la isla nada se podía ni se puede mover sin la autorización y beneplácito de los altos mandos. Fue la razón por la que en cuanto Estados Unidos alertó a Castro de que sospechaban de sus maniobras, el Comandante se hizo el loco, fingió que no sabía de la misa la mitad, que todo había ocurrido a sus espaldas, puso todo su empeño en dar el ejemplo mediante juicios stalinistas, ejecuciones y largas condenas usando a un fiscal al que el pueblo bautizó como Charco de Sangre.

Estados Unidos entonces volvió a hacer como que le creía, y perdonó a su tirano predilecto. Sin embargo, él no sólo no disculpó a sus secuaces, sino que los mandó a matar fríamente, y a los sobrevivientes les hizo trizas sus vidas. Mientras esto ocurría se celebraba el Festival Internacional de Cine de La Habana y, no sólo directores, actores y artistas cubanos e internacionales bebían mojitos en el Parisien del Hotel Nacional, además se vestían con sus mejores galas para recibir los premios, las adulaciones, y sus polveros particulares, ajenos a la hecatombe. Nadie me lo contó, lo vi con mis ojos. Vértigo es poco.

Hablo de una época en que los paquetes de cocaína se encontraban satos en las orillas de las playas cubanas, y la droga dio a los cubanos la posibilidad de olvidarse del hambre. Aunque también situó a algunos actores y actrices españoles junto a sus parejas en el summum de la locura castro-comunista. El Festival de Cine habanero era entonces sinónimo de sexo, borrachera, y droga a gogó. Todos se morían por vivirlo y por probar aquel «talco» fino y blanquísimo porque sabían que lo harían antes que los americanos, a quienes iba destinado ese polvo con un fin muy específico: acabar con «el imperio».

El tráfico de drogas siempre trae muertes, familias rotas, pero hay que ir al meollo y no se puede dudar ni un segundo que cuando las lanchas de los narcotraficantes campean por sus respetos y a cara descubierta, más protegidos por el poder oculto que los policías y guardias civiles, como ha sucedido en Barbate, es que existen 99 papeletas para que ese mismo mando alto esté mojándose con mucho. Sobre todo, cuando sabemos que la inmunidad es prerrogativa de la izquierda y se reconoce imbatible.

Vértigo y dolor. Murió en Estados Unidos el expreso político de la Primavera Negra de Cuba, Juan Carlos Herrera Acosta, uno de los cubanos más valientes que he conocido. De los presos desterrados por Zapatero. Fue condenado a 20 años por enfrentar al régimen de los hermanos Castro, en su celda se cosió la boca con alambre, y resistió ocho años. Dentro de la cárcel conoció la muerte de su niña en un accidente de tráfico, lo condujeron al entierro esposado como si fuera un delincuente, lo que no perdonó nunca, como podrán entender. El día anterior a su repentina muerte, Putin había asesinado en una prisión situada más arriba de La Siberia al opositor Alexéi Navalni, Juan Carlos no tardó en hacer un vídeo con su opinión, fue su último grito de libertad. Aquí el vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=Gxoqy36DRmM&t=20s

En el tristemente célebre a nivel mundial Teatro Bataclán se reunieron hace varias noches centenares de energúmenos a reclamar a voz en cuello que cese la guerra de Israel con Hamas y el 'Free Palestina'. Palestina no es libre porque no quiere, ella misma se provoca su destino... No dijeron ni esta boca es mía por las víctimas del 7 de octubre, y para colmo han olvidado que en ese mismo sitio fueron masacrados por terroristas islámicos más de un centenar de asistentes a un concierto. Francia está definitivamente perdida. Vértigo e ira. Aunque Bruselas probablemente esté peor, un islamista invitado al Parlamento eructó un salmo del Corán y para ello eligió una surata que convoca a la exterminación del pueblo judío. Vértigo no, lo siguiente: vómito.

Vértigo patrio. Un grupito elegido para el cambio-fraude en Cuba, denunciado en su momento por Oswaldo Payá (que en su gloria esté) y por otros entre los que me encuentro, que ha ido cambiando de protagonistas, ayer el dúo Tania Bruguera-Yoani Sánchez y hoy el duo Bruguera-Carolina Barrera, intentan cambiar el cauce hacia un impulso radical y se atreven conque sólo ellos podrán retomar las riendas en mi país hacia un neosocialismo «más humano», asesorados y apoyados por supuesto por el régimen, por la izquierda rancia internacional, y por el presidente de los EE.UU., que no se acuerda ni del nombre de su hijo fallecido. Se los digo yo, en Cuba sólo se cambiará hacia la libertad de todos los cubanos, y serán los cubanos de a pie quienes elijan su propio camino. Por mis muertos.