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Post-itJorge Sanz Casillas

El PSOE ya es un partido protocriminal

Con la amnistía se legitima el crimen a cambio de una semana más en la ruleta del poder. Si han mostrado esa tolerancia con los delitos ajenos, qué no harán con los delitos propios

Escuchaba hace unos días a un criminólogo explicar que los psicópatas no necesariamente nacen, sino que se van haciendo. Vicente Garrido (que así se llama y es una eminencia en lo suyo) contaba que los asesinos en serie y criminales por el estilo van explorando los límites de su propia «fantasía» y de su tolerancia al horror. En la niñez pueden probar con animales, en la madurez perpetran su primer crimen y, a menudo, lo van sofisiticando con el paso del tiempo hasta el punto de que, si no les pillan o la experiencia se les va quedando pequeña, pueden redoblar la saña y perversión de sus actividades.

Esa tolerancia al crimen me recordó inevitablemente a las líneas rojas del PSOE, que ha ido tentando las costuras no ya de la Constitución, sino de su propio ideario. Comenzaron diciendo que no pactarían con el separatismo, e incluso aseguraron que «con Bildu no se acuerda nada». Tras pactar con ellos (y con los otros) juraron que no habría indultos, y que se remitían al íntegro cumplimiento de las penas. Luego se les indultó pero a cambio de rechazar cualquier forma de amnistía. Después se tragó con la idea de amnistía pero negando la inclusión del terrorismo. Y hoy estamos aquí, con el separatismo presumiendo de «amnistía completa» y nadie sabe dónde están ya las líneas rojas del PSOE. Como los peores psicópatas, han ido moviéndolas en virtud de un placer mayor: gobernar caiga quien caiga. Por lo tanto, de seguir con esta evolución, no puedo garantizar que el actual PSOE delinca próximamente (si es que no lo ha hecho ya). Hoy el sanchismo es una ideología protocriminal, capaz de legitimar el crimen si con ello se garantiza una semana más en la ruleta del poder. Si han mostrado esa tolerancia con los delitos ajenos, qué no harán con los propios. Y me estoy refiriendo a las maletas de Delcy Rodríguez, a las mascarillas de Koldo y a la filtración de los datos fiscales de una persona anónima para perjudicar a un personaje público (la presidenta de la Comunidad de Madrid).

Por mucho que Bolaños hable de «convivencia», «tiempo nuevo» y «reencuentro», detrás de esta ley solo hay impunidad a cambio de permanencia, pues el plan de Puigdemont y sus lacayos es volver donde lo dejaron: la unilateralidad y la confrontación. Así lo puso por escrito hace unos días y yo me lo creo, pues el prófugo es el único que dice la verdad dentro del dúo tragicómico que forma con Pedro Sánchez. El próximo paso es un régimen fiscal propio y, el siguiente, la autodeterminación. La pregunta es: ¿quedan líneas rojas en el PSOE? ¿O acabarán defendiendo el referéndum con la misma fiereza que la amnistía?