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HorizonteRamón Pérez-Maura

Sánchez ante su mentira

El presidente del Gobierno y sus ministros deben decidir hoy, fundándose en el artículo 161.2 de la Constitución, recurrir ante el Tribunal Constitucional la decisión del parlamento catalán de admitir a trámite una iniciativa legislativa popular que busca la declaración unilateral de la independencia

El Consejo de Ministros debe hacer frente hoy a una primera consecuencia de la enorme mentira con la que Sánchez pretende enfrentarse al independentismo catalán. El presidente del Gobierno y sus ministros deben decidir ahora, fundándose en el artículo 161.2 de la Constitución, recurrir ante el Tribunal Constitucional la decisión del parlamento catalán de admitir a trámite una iniciativa legislativa popular que busca la declaración unilateral de la independencia.

Es decir, que esta ley de amnistía que está en proceso de aprobación y que era para recuperar la concordia, según nos dijo el propio Sánchez, tiene como primer resultado una demanda del Gobierno contra un parlamento que promueve lo que esta ley iba a evitar que sucediese. Pleno al quince.

¿Le habrá preguntado Sánchez a sus interlocutores catalanes qué entienden ellos que es la concordia? Por lo visto, parece que no es incompatible con repetir lo que ya habían anunciado que volverían a hacer. Y como bien decía el pasado domingo José María Aznar en la entrevista que concedió a El Debate, de lo único que no se puede acusar a los independentistas es de mentir. Ellos dicen con toda claridad lo que quieren y no piensan parar hasta lograrlo. Si, además se encuentran con un tipo como Sánchez que está dispuesto a darles lo que sea con tal de mantener la poltrona, entonces es como si les hubiera tocado el gordo de la Navidad. Y lo que no podrá negar Sánchez es que ellos no hayan dicho reiteradamente que éste es solo un paso más hacia la independencia. Según Esquerra las negociaciones siguen en Suiza sobre la consulta de autodeterminación. Y no veo razón para no creerles. Quien nos ha mentido hasta ahora sobre lo que estaba ocurriendo ha sido el PSOE. No veo motivo para creerles ahora cuando dicen que no están negociando eso.

A lo largo del último lustro Sánchez ha pretendido vendernos una «normalización» de la vida en Cataluña. El cese de la violencia y el crecimiento del supuesto constitucionalismo en torno al auge del PSC en las encuestas. La premisa es complicada porque es más que cuestionable que el PSC sea un partido constitucional en esta hora. Pero la principal causa de la supuesta normalización ha sido el ceder al independentismo todo lo que ha pedido. Rendir las posiciones de la España constitucional a la que también pertenecen –o quizá ya solo pertenecían– una mayoría de catalanes.

Como bien ha explicado en El Debate Pablo Ojer, un minucioso estudio de los resultados de la encuesta del Centro de Estudios de Opinión catalán muestra que el respaldo a la independencia de Cataluña mantiene una tendencia al alza y la de la oposición a esa ruptura tiene a descender. Ésta era la «normalización de Cataluña» que nos ofrecía Sánchez. Ahora le toca a él confrontar su mentira.