No te cortes, Pedro, que nunca pasa nada
Ya en faena, ¿por qué no colocar al hermanísimo Azagra directamente al frente del Real y a Begoña de ministra de Economía? Sus tertulianos lo justificarían
Repasemos algunos entrañables episodios de ayuda al prójimo que no reciben el debido reconocimiento por parte de millones de votantes españoles y de los medios de cámara:
La mujer del presidente del Gobierno, Bego I de España, amén de ir de primera dama, rol que no existe en nuestro país, se dedica a ejercer como lobista. ¡Ole! Ovación cerrada.
El presidente Pere Sànchez ha enchufado a un par de amigotes de sus días mozos de break dance y baloncesto creando para ellos puestos de la nada en la Administración. ¡Aplausos para el filántropo!
El presidente colocó al frente de Correos a otro coleguita, que dejó a su paso un pufo épico. ¡Viva la amistad!
Y ahora llegamos al hermano músico del líder supremo, el director de orquesta de 50 tacos que se hace llamar David Azagra. Tras regresar de San Petersburgo, donde se había pasado ocho años formándose, resulta que el maestro Sánchez Pérez-Castejón, alias Azagra, no rascaba pelota en España. Pero entonces se dieron una serie de casualidades, lances del azar que nada significan:
En 2017, el hermano mayor recupera la Secretaría General del PSOE. Casualmente, resulta que la Diputación de Badajoz, gobernada por los socialistas, repara entonces en el venerable maestro rusófilo y lo contrata como coordinador de sus conservatorios. Luego, en 2023, cuando las municipales pintan mal para los socialistas y se teme que caiga la Diputación, Azagra es elevado en víspera de las elecciones a «jefe de Artes escénicas», con un despacho en el palacio del organismo provincial -al que no acude, pues se ha mudado a Portugal- y una subidilla de sueldo del 22%.
Apreciar las cualidades de los grandes artistas no está al alcance de todo el mundo. Recordamos al hoy cotizadísimo Van Gogh, que murió infravalorado. O a Kafka, un clásico que en vida pasó de puntillas. La monumental Pasión según san Mateo de Bach, que tanto escuchamos estos días, la catedral sonora del soberano de los músicos, estuvo arrumbada bajo un velo de cierto olvido hasta comienzos del XIX.
Pero por fortuna, el Teatro Real, que se beneficia del ojo sabio de su presidente Marañón, ha sabido apreciar las cualidades de David Azagra, el Shostakovich de Ferraz, y lo ha incorporado a su Consejo Asesor, según ha contado en este periódico Alejandro Entrambasaguas. El feliz y sin duda necesario fichaje del hermano del presidente coincide con que el pasado año la aportación del Gobierno al Teatro Real experimentó su mayor subida en un lustro. Por supuesto son meras coincidencias, que no deben suscitar especulación fachosférica alguna. Simplemente en el Real valoran a Azagra, cuyo currículo se adorna con el inmenso mérito de haber puesto en escena una ópera auténticamente friki, un diálogo entre tres perros de la lucha antiterrorista, que se representó una sola vez y recibió para ello fondos europeos (imagínense quién mandaba en el Gobierno que se los concedió... oh: han acertado).
Lo más notable del desacomplejado nepotismo de Sánchez es que al final nunca pasa nada. Ahí sigue, pese a prácticas que en una democracia al uso lo habría prejubilado hace tiempo. En vista de las anchas tragaderas de los españoles, cabe concluir que el presidente se está quedando corto. Si ya todo vale, ¿por qué no ser todavía más socialista? Es decir, ¿por qué no enchufar más y mejor? ¿Por qué no nombrar a David Azagra directamente presidente del Real y director titular de su orquesta? ¿Por qué no designar a Begoña, que parece que tiene afición, ministra de Economía, un poco al estilo del matrimonio Ortega en la dictadura nicaragüense? ¿Qué impide hacer académicos de la RAE y consejeros de Indra, Telefónica y RTVE a servidores de la causa tan probos como Fortes, Intxaurrondo, Évole y el Gran Wyoming? ¿Por qué no recuperar al leal y querido militante Koldo y ponerlo al frente de la CNMV?
Tal y como está hoy España, con la política convertida en un partido de fútbol, lo dramático es que si se llevase a cabo el disparate paródico anterior al minuto aparecerían tertulianos del régimen dispuestos a justificarlo sesudamente y a desmentir «las injurias de la derecha y la ultraderecha». Así que, Pedro, tú no te cortes. Enchufa sin miedo, campeón, que ya te lo apañarán tus teles...