Broncano y Miró
Ignoro las virtudes televisivas de Broncano, pero intuyo que algo hay de compraventa en su formidable contrato. Y puedo asegurar, que en este negocio nada tiene que ver la conseguidora de fondos Begoña Gómez, que así se presenta ella misma, lo cual se me antoja honesto, porque lo es
No he visto ningún programa de Broncano. Es más, desconocía su existencia. De ahí que me sugiera algún interés enterarme que un publicista adherido a Sánchez perciba 28 millones de euros por saltar de un canal de televisión a TVE. Tiene que ser buenísimo en lo suyo. Va a percibir de dinero público, un 75 por ciento de la cantidad que el Gobierno niega a los enfermos de ELA. Según tengo entendido, se trata de una apuesta personal del presidente del Gobierno para arañarle espectadores a Pablo Motos, al que tampoco sigo, pero sí sabía de su presencia en el globo terráqueo. Movistar Plus ofrece a sus suscriptores muy malas películas. Lo siento, pero es así. Y para mí, la televisión consta de noticias, retransmisiones deportivas, acontecimientos artísticos y cine. Y he descubierto que una cadena de televisión con pocos espectadores, la Trece, que pertenece a la Iglesia, proyecta todos los días películas antiguas del Oeste y de la Segunda Guerra Mundial. Disfruto viendo los tejemanejes que se traen entre los pistoleros, los soldados de la Unión, los confederados y los indios. Indios a la antigua, con sus jefes adornados por inmensos penachos de plumas multicolores. Por otra parte, esa misma cadena ofrece los viernes por la noche grandes películas seleccionadas por uno de los pocos genios del cine español de los últimos cuarenta años, José Luis Garci. En resumen, que lo del tal Broncano no me afecta, si bien debo considerar que un ridículo porcentaje del dineral que va caer en su cuenta corriente proviene de mis impuestos y de mi media jubilación, que no puedo percibir íntegra después de cotizar durante 45 años por seguir en el tajo. Ignoro las virtudes televisivas de Broncano, pero intuyo que algo hay de compraventa en su formidable contrato. Y puedo asegurar, que en este negocio nada tiene que ver la conseguidora de fondos Begoña Gómez, que así se presenta ella misma, lo cual se me antoja honesto, porque lo es.
No obstante, me preocupa que Broncano gane tanto dinero, y que uno de los publicistas tertulianos más cultos y bruídas de España, Gonzalo Miró, se vea obligado a repartir su talento en seis cadenas diferentes –todas muy partidarias de la Moncloa–, para sobrevivir. Fui amigo de su madre, Pilar Miró, con la que coincidí en muchas ocasiones en el «Primer Café» de Antena-3, presentado por Antonio San José, un periodista de excepcional señorío y profesionalidad. El director de Informativos de aquella época era mi amigo Pepe Oneto. Antonio y Pepe tiraban más hacia la izquierda, y me parece muy bien, pero los tertulianos éramos libres y soberanos para exponer nuestras ideas. Y Pilar gozaba de aquella libertad, con pocas palabras y siempre intencionadas. Me dicen que el hijo habla y opina de todo sin saber nada de nada, y eso me entristece. De ahí que solicite a Broncano, que tiene que valer muchísimo de acuerdo a su formidable contrato, que le contrate y asesore. Que no se lo lleve todo él, eso tan español.
En España, los parentescos son muy importantes. Gonzalo Miró está en muchas cadenas simultáneamente por ser hijo de la directora de cine Pilar Miró, que rodó con Emma Suárez de protagonista, una versión fidedigna y magnífica de El Perro del Hortelano. A Pilar la eligieron los Reyes Juan Carlos y Sofía para la realización de las bodas de sus hijas, las Infantas Elena y Cristina, y a la segunda, celebrada en Barcelona, acudió con su salud más que quebrantada. Pero fue una gran profesional de la televisión y el cine, y muchos hijos son como son porque no aprendieron nada de sus padres y de sus madres. De los parentescos en España dice mucho la pregunta de un parlamentario a otro la primera vez que intervino en el Congreso don Antonio Maura:
-¿ Y éste que ha hablado, quién es?
-Es Maura, el cuñado de Gamazo.
-Pues muy pronto será Gamazo el cuñado de Maura.
Broncano, ha puesto patas arriba a TVE, que tiene –cada vez menos– extraordinarios profesionales y que ha sido la escuela de casi todos los que triunfan en eso de la televisión. Sánchez ha quitado a Elena Sánchez, muy partidaria pero con cierto respeto a la independencia en el periodismo, y la ha sustituido –el Consejo no pinta ni media mona– por una militante del PSOE, que se llama Cascajosa o algo parecido. Y ha fichado por 28 millones de euros por dos años de trabajo a Broncano con la única finalidad de disminuir la audiencia de Pablo Motos, que en una entrevista con Su Persona no le trató con excesiva reverencia.
Si no triunfa, que no triunfará, será por su culpa. Pero siempre le quedará el recurso de rodearse bien. Con Gonzalo Miró, Mercedes Milá, el gallego gordo y la Inchaurrondo, otra que tal.
Aguardo con expectación la llegada a TVE de Broncano para seguir viendo las películas en la Trece del Oeste y las seleccionadas por el gran Garci.