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Post-itJorge Sanz Casillas

Broncano y el referéndum son la misma cosa

Nos vamos a gastar más dinero en un humorista que en nuestra Casa Real. Y todo por un arrebato de vanidad del taimado que habita en Moncloa

Distraídos con las bufonadas de Óscar Puente, que reconoció en antena que se gasta nuestro dinero en revisar las columnas de los periódicos para ver cómo le ponen; y entretenidos ahora con el Valle de los Caídos, en cuyo alicatado está Sánchez tan implicado que cualquiera pensaría que aspira a habitarlo próximamente, nos hemos olvidado de que la Generalitat tiene ya escrita la pregunta del próximo referéndum.

Todo apunta a que la consulta seguirá el mismo camino que la amnistía. Primero el separatismo dirá que, tras releerla con detenimiento, han descubierto que la Constitución admite un referéndum de autodeterminación. Después, el PSOE pasará por las habituales fases de negación, aceptación y defensa enfurecida de la consulta. Y, por último, será Cándido Conde-Pumpido quien decida la legalidad del apaño, que para algo lo pusieron ahí.

Por esta estrategia de tapar una controversia con la consiguiente, hay otro titular de esta semana que se ha visto claramente perjudicado, y es el contrato que TVE le tiene preparado a David Broncano. Puede parecer una cuestión menor al lado del desafío separatista –y en efecto lo es– pero no deja de ser una cuña de la misma madera. Estas dos situaciones son fruto y consecuencia de la debilidad de Sánchez, que pasa por el ser el presidente con menos respaldo social de lo que va de siglo y necesita de estos remiendos para mantenerse en pie.

Sánchez perdió sus terceras elecciones generales y, para arreglar en los despachos lo que no consiguió en las urnas, concedió por escrito una amnistía y una consulta. Después, como hay gente que no tragamos con ello (se calcula que el 70 por ciento de la población incluido Pablo Motos) quiere fichar a Broncano por 14 millones al año para que le haga la competencia al pelirrojo de Antena 3. Para ello habrá que aprobar una nueva partida e incluso reducir la duración del Telediario de la cadena pública. Lo que sea menester para que la televisión de todos sea para Sánchez lo que el espejo para la mala de Blancanieves. Por decirlo brevemente: nos vamos a gastar más dinero en un humorista que en nuestra Casa Real por un arrebato de vanidad del taimado que habita en Moncloa. Y digo «habita», porque una cosa es ocupar la Presidencia y otra muy distinta es gobernar. Si no tienes Presupuestos y cada decreto sobre bonobuses tiene que pasar por el tamiz de Puigdemont no eres un presidente, eres una piñata parlamentaria.