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LiberalidadesJuan Carlos Girauta

Gira antisemita

Sánchez es un peligro público, en España y mundo adelante. Y Netanyahu es muy comprensivo, ya que podría neutralizar cuando le diera la gana a su activo enemigo filtrando algo de su teléfono

Visitó Israel en el momento más amargo para sus anfitriones, un país conmocionado, destrozado; le mostraron unos minutos del terrible vídeo de la masacre, tomado por los propios asesinos y violadores; le pusieron los micrófonos delante y se encontraron con una reacción de psicópata. Ni la menor compasión o duelo, ni una sombra de empatía. Lo que le preocupaban no eran los muertos efectivos, las mujeres violadas y asesinadas efectivas, los bebés quemados efectivos, el efectivo feto arrancado del vientre de su madre. Lo que le preocupaba eran las posibles represalias. Para Sánchez, como para el resto de los nuevos antisemitas maquillados de solidarios, el hogar nacional de los judíos no tiene derecho de defensa. Para nuestra vergüenza, el presidente del Gobierno de España podrá presentar en su gira, como aval, haber sido felicitado por la organización terrorista Hamás, protagonista de los inimaginables crímenes que acababa de ver antes de intentar propinarle una lección a Netanyahu. No sé cómo pudo contener su enojo el mandatario israelí.

En cuanto se supo que UNRWA estaba trufada de terroristas (450 contados hasta ahora, y creciendo), los países decentes suspendieron las ayudas a la criminosa agencia de la ONU a la espera de una investigación. Él hizo exactamente lo contrario: redoblar la ayuda, agarrar el dinero que nos roba con su inacabable colección de impuestos y enviársela como premio a los sacamantecas cooperantes de Hamás. Un premio a la inconcebible penetración de terroristas en su nómina. Del mismo modo, se dispone ahora a premiar el pogromo del 7 de octubre a través del reconocimiento unilateral de un borroso Estado Palestino. ¿Por qué ese reconocimiento constituiría un premio al asesinato masivo? Porque sin pogromo Sánchez no estaría ahora mismo en plena gira dedicada a invitar a sus homólogos a reconocer un Estado sin fronteras delimitadas y sin Gobierno efectivo (dos condiciones mínimas). Si lo hace es porque hubo un 7 de octubre. Él dirá que lo hace por la respuesta de Israel. Pero, ¿cuál habría sido la respuesta de Francia, del Reino Unido, de EE. UU. en una situación comparable? Bueno, la de EE. UU. ya la conocemos: invadir un país que no tiene nada que ver y provocar centenares de miles de muertes violentas.

Sánchez es un peligro público, en España y mundo adelante. Y Netanyahu es muy comprensivo, ya que podría neutralizar cuando le diera la gana a su activo enemigo filtrando algo de su teléfono, eso que Marruecos pilló con tecnología israelí y que tiene al Gobierno español con los pantalones bajados. Algo de lo que ha hecho que las autoridades españolas retiren a los agentes que vigilaban las rutas de la droga, con los consiguientes asesinatos de guardias civiles infradotados y abandonados a su suerte; algo de lo que llevó a Marlaska a justificar una matanza en la frontera, algo de lo que impidió al ministro de Exteriores reaccionar ante la provocación de que inviertan tu bandera, algo de lo que explica tanto silencio ante el despliegue militar marroquí frente a Canarias.