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Cosas que pasanAlfonso Ussía

Así de sencillo

Irán está en el siglo X con poder militar del siglo XXI. Israel está en el siglo XXI y resiste, y nos resiste

Tardó en meditarlo. Al final, con la boca pequeña, no tuvo más remedio que emitir un comunicado blando de condena a Irán. Previamente, el presidente de los Estados Unidos consultó con los dirigentes europeos para unir sus objetivos, pero se olvidó de Sánchez. Lo confirmó un ministro de Israel: «Sánchez es un cero a la izquierda. No sirve para nada». Lo cómico del caso es que se está preparando un cargo internacional para asegurar su futuro, que muchos intuyen más cercano a Alcalá Meco que a Nueva York o Bruselas. Es gafe. Para huir de España y de los trapicheos de su mujer, se organiza un viaje por el cercano y medio Oriente para apoyar la creación del Estado palestino. Y en esas estaba, cuando Irán lanza contra Israel más de mil misiles que son bloqueados por la defensa israelí con el apoyo de algunos –España en babia– países aliados de occidente y Jordania. Ione Belarra, la Montero, Urtasun y demás papanatas y bandidos intelectuales deploran el fracaso iraní. Para mí, que Sánchez es una mezcla de Greta Thunberg y el cocinero José Andrés. Al día siguiente del formidable y fracasado ataque, en Irán, la ONU y demás Estados y organismos del mal, amanecieron con lamentos y decepciones, mientras en Israel se bailaba por las calles de Tel Aviv y Jerusalén. Fue entonces, cuando el cero a la izquierda, el fugitivo de sí mismo, colgó en las redes una condenita tan falsa como mentirosa. Es un cero a la izquierda.

Gustan los políticos y muchos periodistas de analizar obviedades para que éstas se disfracen de imposturas. Todo es más sencillo. Irán representa el mal e Israel nos defiende desde su defensa a la civilización occidental. En España, el nivel cultural ha descendido hasta las soterras de la estupidez, y a las izquierdas les falta muy poco para empezar a elogiar el Holocausto. Irán está en el siglo X con poder militar del siglo XXI. Israel está en el siglo XXI y resiste, y nos resiste. Ejemplos pavorosos. En España, un jurado popular ha condenado a un librero de 81 años a siete años de prisión por defender su vida y su casa de un delincuente con cuarenta acciones delictivas en su haber. Invadió su casa con una motosierra, y el librero de 81 años, actuando en defensa propia, mató al invasor. El librero es Israel y el delincuente muerto era Irán. Pero nuestros jurados, que no han leído, educados en la cultura de Sálvame y los comunicadores pedorros, instruidos por Broncanos de peor suerte, iletrados en su mayoría, incapaces de acudir a la librería de don José Lomas, han condenado a Israel por defenderse del ataque y la invasión de Irán, o de Hamás, violando la sagrada frontera de un domicilio particular. Pobre Hamás que fracasa en su intento de invadir la casa de Israel, y maldito Israel que se defiende y no permite que su casa sea invadida. Me figuro que las Belarras, los Urtasun y las Irenes –la nuestra se está poniendo, quizá por la ansiedad, bastante más gordita desde que su tronco inauguró la taberna– se sentirán felices por la condena al librero que salvó su vida y su casa. Consecuencias de la necedad resentida en el poder.

Pero a lo que iba. De cuando en cuando, para aclarar las mentes de los ofuscados y los iletrados, basta y sobra una reflexión sencilla y oportuna para que alguno vea la primera luz del equilibrio. Y esa reflexión se la debemos a María Jamardo. «Un país más pequeño que la Comunidad Valenciana está siendo atacado por los regímenes integristas de Irán, Irak, Siria, Líbano (Hezbollah) Yemen y la Autoridad Palestina (Hamás) desde Gaza. Y Occidente pide proporcionalidad a Israel frente a los que quieren aniquilarlo».

Así es, María. Proporcionalidad. Usted me puede atacar y destruir, y yo me tengo que defender con proporcionalidad, sin hacer daño, porque ustedes no se han enterado todavía de qué va la cosa. Ustedes, los de Israel, están obligados a ser muy prudentes en su defensa. Bloquear un ataque masivo de Irán es una impertinencia.

Y Occidente, con sus políticos huecos y sus izquierdas de siglos pasados, está poblado por una inmensa masa de imbéciles.

Así de sencillo.

Y el cero absoluto, el cero a la izquierda, haciendo el indio por los países árabes porque en España empieza a sentirse incómodo.

¡Ánimo, Israel! Y gracias por defendernos con vuestro coraje.