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Cosas que pasanAlfonso Ussía

El dispendio del hortera

El uso de Sánchez del dinero público está muy ligado al capricho personal. Ha impuesto a TVE que contraten a un sujeto a cambio de catorce millones de euros cada año. Por otra parte, el presupuesto de la Casa Real no alcanza los nueve millones

Así lo define en su columna de El Debate el gran Juan Carlos Girauta. Se refiere al nuevo contrato de catering de los Falcon. «Penúltimo dispendio del hortera. Cancela el contrato de catering del Falcon (80.000 euros al año) y firma con la lujosa Do & Co, por dos millones al año. Dos millones en catering. Cabrán… ¿diez personas?»

Para mí, que el inconmensurable hortera, de haber vivido en los primeros decenios de la posguerra, podría haber sido uno de los nuevos millonarios que compraban los «haigas» importados por el ministro Arburúa. «¿Qué modelo de coche desea usted?» «El más caro que 'haiga'».

A los aparatosos Lincoln les decían «Lincon». «Me he comprado un haiga, un Lincon, que es el orgullo de mi señora». Los compradores de «haigas» circulaban por las carreteras de España en modelos sofisticados de «Studebaker», que era la marca preferida de los horteras de Las Vegas, estado de Nevada. Allí, en el «Studebaker» descapotable, el Sánchez de los años cincuenta y sesenta le revelaría a su mujer, camino de la costa, su proyecto de chalé. «Vamos a construir un chalé que sea como el Taj Majal con barra de bar en el salón y con váteres en todas las habitaciones». Y ella, enamoradísima. «Ay, mi Pedro, lo de los váteres es imprescindible, porque hay muchos amigos nuestros que son de mucho orinar».

A ver, 2.000.000 de euros en aperitivos, comidas y bebidas. Ese nuevo contrato lo tiene que firmar la ministra de Defensa. En España, no hay institución más honesta, modesta y moderada en sus gastos personales que la militar. Mucho tiene que volar Sánchez para pulirse dos millones de euros en viandas y elixires cada año. Quizá, parte del presupuesto, lo podría cubrir Begoña con sus actividades empresariales, pero mucho me temo que nanay, naranjas de la China. Es del todo lógico el interés del supremo hortera de quedar bien con los invitados, ora hacia La Marismilla, ora a La Mareta, ora allí y ora acullá. Pero me sigue pareciendo mucho el presupuesto aunque sean muchísimos los amigos. A los enfermos de ELA no les aliviará este nuevo presupuesto de catering volador. Y para colmo, la imposición de Begoña, a todas luces improcedente. Durante los vuelos vacacionales con amigos y gorrones, sólo se hablará en inglés en los Falcon. «Es que a mí el inglés se me da muy bien y me vendría de perlas practicarlo en los viajes, Pitpit»; «lo que tú ordenes, Begbeg». Y Pachi López sin abrir la boca en todo el vuelo, lo cual resultará violentísimo.

El uso de Sánchez del dinero público está muy ligado al capricho personal. Ha impuesto a TVE que contraten a un sujeto a cambio de catorce millones de euros cada año. Por otra parte, el presupuesto de la Casa Real no alcanza los nueve millones. Es inferior al presupuesto de la Casa Real de Mónaco, un Estado peculiar, en el que estiras las piernas tomando el sol, y mientras tu cabeza y tu tronco permanecen en Montecarlo, tus piernas se broncean en Francia. Al paso que vamos, si el Rey tiene que usar de uno de los Falcon para representar a España en un viaje oficial, va a terminar pagando la factura de la comida en los aviones oficiales. «Por cortesía de don Pedro Sánchez, Majestad, le hemos practicado un descuento del 10 por ciento de la minuta». «Muchas gracias por el detalle». «De nada, Señor».

¿Qué viandas y bebidas va a proporcionar a los Falcon la empresa Do & Co por dos millones de euros al año? Sumo caviar imperial iraní, cigalas con trapío, bogavantes, langostas, angulas, la más cara de las carnes, guisantes de lágrimas, solomillos de corzo húngaro, changurro, codillo de Baviera, pavos y faisanes, y demás alimentos populares, y no me sale la cuenta. ¿Y los vinos y licores? ¿Y los postres y «mignardises»? ¿Y las cartas y menús en inglés para practicar? Me quedo corto. ¿Se elaborarán platos de «autor» de José Andrés, o Daviz el de «Diverxo»? Me sigo quedando cortísimo.

Derrochador y hortera.

Sin vuelta de hoja.