Fundado en 1910
VertebralMariona Gumpert

¿Saben aquel que diu?

Si a los catalanes con raíces en otras partes de España los indepes los llaman de forma despectiva charnegos desde hace décadas, el término que no se les cae ahora de la boca es el de ñordos

Estoy decepcionada: el famoso seny catalán no existe. En este caso, no podemos añadir siquiera la coletilla «son los padres», como ocurre con los Reyes Magos o con el Ratoncito Pérez. Mi hijo descubrió estas dos verdades fundamentales en la vida de una persona hace unos meses, pero se hace el loco. Durante muchos años me pregunté si los catalanes independentistas se hacían también los locos respecto a su famoso seny, también sobre su auto asumida superioridad moral e intelectual respecto del resto de españoles. Pero no. De verdad creen en todo esto.

Si a los catalanes con raíces en otras partes de España los indepes los llaman de forma despectiva charnegos desde hace décadas, el término que no se les cae ahora de la boca es el de ñordos (excremento sólido) para referirse al resto de sus compatriotas. Parece que ven en la letra Ñ el origen intrínseco, genético, de todo mal. Le ven tanta gracia al asunto que lo utilizan sin rubor en la televisión pública. ¿Se imaginan a un presentador de TVE llamar quistes purulentos a los independentistas? Oh, más divertido todavía, ¿se imaginan a este mismo presentador llamar terroristas a Otegi y la mitad de su plantilla?

Resulta curioso esa asunción de que lo chabacano es algo exclusivo de quienes no hemos nacido en Cataluña y/o hablamos español como lengua materna. Un alemán no es inferior, como tampoco lo es un marroquí. Pero un extremeño o un panameño sí. Nos delata la Ñ, la Ñ como señal genética ineludible de lo palurdo hecho raza. No hay catalanoparlantes bestezuelas. Es más, los implicados con la causa independentista son una destilación exquisita de inteligencia, sofisticación, moral, estrategia y saber estar.

Y he aquí que, de repente, el típico chiste «esto son un francés, un inglés, un alemán y un español» no precisa de tanto estereotipo nacional distinto, basta con un «esto son unos catalanes». Me lo imagino con la voz de Eugenio: ¿saben aquel que diu sobre las elecciones catalanas…? y al auditorio de entonces pensar que al comediante se le ha ido la pinza con la chanza: demasiado surrealista, cero seny.

¿Saben aquel que diu que en las elecciones catalanas 2024 pretende gobernar la Generalitat un tío que salió huyendo de España en un maletero? ¿Que a su rival independentista lo apoya uno que se pasó dos mandelianos años en la cárcel para estar ahora muy bajito en las encuestas? ¿Saben que el futuro ganador -según encuestas, de nuevo- hizo una pésima gestión de una pandemia global de la que sólo se acuerda con cariño Koldo? ¿Saben aquel que diu sobre unas elecciones catalanas en la que el aspirante constitucionalista (es decir, facha) ve continuamente torpedeada su estrategia por el líder nacional de su partido? ¿que su alter ego mulato es tildado de nazi y racista? El único elemento que tiene sentido en toda esta historia es Silvia Orriols (Aliança Catalana) cuya xenofobia no se limita a lo ñordo, sino que incluye al resto de nou-mal-vinguts. Al menos es coherente.

Bueno, ¿y saben aquel que diu sobre una población a la que parece importarle un bledo la decadencia política, económica y catalana, fruto de la locura de sus ideas? Traté durante años de entenderlo, hasta que un indepe me reconoció que ninguno de estos sueños y aspiraciones era racional, pragmático y bueno para Cataluña, se reducía todo a una cuestión de honor y emoción. Yo quiero de esa droga que se meten, dicen que una de las formas de ser feliz es ignorar la realidad.