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HorizonteRamón Pérez-Maura

Sánchez no ganó

Anoche a Puigdemont, desde Francia, a lanzó una advertencia evidente: «La distancia que saca el PSC a Junts es la misma que saca el PP al PSOE en Madrid». Más claro, el agua. O Gobierna él, o Sánchez se va a hacer gárgaras

Ferraz quiere convencernos de que el gran triunfador de las elecciones catalanas del 12 de mayo es Pedro Sánchez. Difícilmente puede serlo si su acción de gobierno durante los últimos seis años ha servido para que Junts obtenga el mejor resultado desde que Carles Puigdemont fue presidente de la Generalidad en 2015. Entonces el candidato era Artur Mas al frente de una coalición de los restos de Convergencia i Unió y de ERC. Lograron juntos 62 escaños, nueve menos de los que por separado consiguieron en las anteriores elecciones. Finalmente, Mas no consiguió la investidura y en su lugar fue elegido Puigdemont. Esta vez han conseguido entre los mismos dos partidos 55 escaños. Los números son los que son. Saque cada uno sus consecuencias respecto a cómo evoluciona el independentismo. Pero no hay que olvidar que a esas cifras de escaños hay que sumar seis de la extrema izquierda y la extrema derecha independentistas. Pero lo importante para ese independentismo es que su mártir, su figura del exilio, ha conseguido 35 escaños, un resultado que Junts nunca había logrado en solitario. Y que llevaron anoche a Puigdemont, desde Francia, a lanzar una advertencia evidente: «La distancia que saca el PSC a Junts es la misma que saca el PP al PSOE en Madrid». Más claro, el agua. O Gobierna él, o Sánchez se va a hacer gárgaras.

Así las cosas, la matemática indica que, de las múltiples posibilidades, la más probable para encajar una mayoría absoluta es la suma del PSC y Junts. Pero esa sólo es posible, ateniendo a Puigdemont, con él de presidente, no Illa. Brillante gestión del presidente Sánchez. Ha conseguido usted convertir a Carles Puigdemont en el único partido con el que podría sumar una mayoría suficiente para gobernar y encima tendrían que hacerlo ellos. Este Sánchez es un Talleyrand, podrido. Si no, se tendría que ir a tripartitos. PSC con Esquerra y Comuns, suponiendo que los republicanos quisieran, tendrían mayoría justa. ¿Va a hacer esa apuesta ERC después del coste que ha tenido para ellos apoyar al PSOE en Madrid? Y, sorprendentemente hay otra coalición posible: PSC-PP-Vox. Los tres partidos que se dicen defensores de la Constitución. Ya sabemos que Vox no aceptaría y que el PSC ha «firmado» un pacto contra la extrema derecha. Pero al menos hay que plantearlo porque son los tres únicos partidos que se dicen constitucionalistas y tienen representación parlamentaria. Pero ya sabemos que, aunque los independentistas no han ganado, Illa no gobernará sin independentistas. Es decir, la gestión del Gobierno soberanista catalán ha desembocado en un cierto descalabro. Los tres partidos que lo formaron en junio de 2021 sumaban 74 escaños. Hoy suman 59. Los números no se discuten.

El PSC puede estar muy contento con su victoria y eso tampoco se discute, pero hay que verla con cierta perspectiva. Ha conseguido crear una polarización en España que hoy no le permite gobernar con nadie más que con Junts. Los que creen que la victoria del PSC es una derrota para el independentismo quizá deberían reflexionarlo un poco más. Ciertamente no es una victoria para los soberanistas, pero hay que preguntarse qué significa que el PSC se haya conducido a sí mismo a una situación en la que sólo puede gobernar con algunos partidos soberanistas. ¿De quién es eso culpa?

Como último apunte, no tan marginal, una vez más hay que dar un repaso a la intoxicación interesada de algunos medios que se pasaron la última semana de la campaña electoral, cuando está prohibido publicar encuestas, diciendo que el auge del PP se había frenado y que Vox iba otra vez por delante. A la vista están los resultados. ¿A quién interesaba hablar de subida de Vox y freno en la crecida del PP cuando el resultado ha sido que Vox ha repetido resultado y el PP ha multiplicado por cinco? Debe de ser a los que creen que apoyar a uno es enemigo de respaldar a lo otro. Que Santa Lucía les conserve la vista.