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HorizonteRamón Pérez-Maura

Jalear la corrupción

Es perfectamente posible que el próximo domingo nos encontremos con un PSOE apenas superado en dos o tres puntos porcentuales por el Partido Popular. Y eso será una grave manifestación de lo enferma que está nuestra sociedad

En medio de este disparate en el que el PSOE ha pasado de denunciar la corrupción a jalear en la plaza pública a una mujer de las suyas procesada por corrupción me viene mucho a la cabeza el caso de Francisco Camps, expresidente de la Generalidad valenciana.

El caso de Camps es único en una democracia occidental. Cómo se ha perseguido a un hombre contra el que se abrieron hasta diez causas y ninguna de ellas llevó a su condena. Pero él sí tuvo que dimitir. Él fue culpable desde el primer minuto, mucho antes de que fuese juzgado en ningún tribunal. Si yo dirigiese un periódico que hiciera una campaña como la que organizó El País contra Camps y al final fuese declarado inocente en todos los procesos abiertos contra él, por vergüenza torera yo abandonaría este oficio. E incluso creo que me iría a vivir un poco más allá de Tombuctú. La campaña inquisitorial que sufrió Camps hace de las informaciones sobre Begoña Gómez un juego de niños. Para quienes tengan flaca memoria, yo recomiendo un libro que no sé cómo no se ha recordado más en los últimos días y que creo que debería ser de lectura obligatoria en las facultades de comunicación: «Un buen tío. Cómo el populismo y la posverdad liquidan a los hombres» (Ariel, 2018) del que es autor Arcadi Espada. No se puede documentar con más detalle el ensañamiento de un medio de comunicación. El País ya entonces apuntaba la deriva en la que iba a caer en la actualidad siendo más que nunca un órgano de partido y no buscando de ninguna manera la Verdad si ésta pudiera ser incómoda para su señorito.

Lo malo es que esta deriva populista en la que ha caído el PSOE sanchista no necesariamente le va a producir un mal resultado electoral el 9 de junio. Es perfectamente posible que el próximo domingo nos encontremos con un PSOE apenas superado en dos o tres puntos porcentuales por el Partido Popular. Y eso será una grave manifestación de lo enferma que está nuestra sociedad. Porque lo que estas elecciones pueden enseñarnos es lo que se atisbó el miércoles en esa concentración en la que los suyos jalearon a Begoña Gómez: que si el corrupto es uno de los míos, para mí es un héroe. Tener la desvergüenza de salir a reivindicarte a ti misma por estar procesada es de una inmoralidad supina. Pero, además, lo hacen sabiendo que ya no es solo un juez supuestamente «de derechas» –como si eso le incapacitara para llevar adelante una causa. Es que cuando la mujer fue al acto de su partido a que jalearan su nombre, ya sabía que la Fiscalía Europea había enviado a la UCO a recabar los correos electrónicos que se cruzó con Red.es. ¿También la Fiscalía Europea está en una conspiración de la extrema derecha contra Sánchez y Gómez?

A mí me parece evidente que el PSOE no va a poder sobrevivir a este mandato de Pedro Sánchez porque el todavía presidente del Gobierno ha desmantelado la formación y lo ha convertido en una secta exclusivamente a su servicio. Lo que debe preocuparnos ahora es si España podrá sobrevivir al sanchismo. A día de hoy pinta francamente mal.