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Cosas que pasanAlfonso Ussía

Puentazo

Dada la cercanía de la compañera Delcy con el Gobierno de Sánchez, que se molestó en traer hasta España una multitud de maletas cuyo contenido desapareció como por encanto, nuestro enamorado ha decidido alargar hasta el martes el fin de semana de molicie

Mañana, viernes 5 de julio, la catedrática Begoña Von Fundraisenberg, tendrá que personarse ante el juez para explicar algunas cosillas que no se han aclarado debidamente. Minucias. Para acudir ante su señoría, la salvadora de África del Instituto de Empresa, ha solicitado al juez información acerca de sus preguntas, y el juez le ha respondido que, con todo respeto, se dispone a preguntarle sobre muchas cosas para resolver toda suerte de enigmas. En vista de ello, su esposo, ha decidido descansar de viernes a domingo para reponer fuerzas, porque la dura labor de gobernar le está llevando a los límites del agotamiento. Después de los cinco días de pellas reflexivas, y los dos días de asueto funerario, merece sobradamente de este nuevo y necesario descanso.

Éramos pocos y parió la abuela. A la íntima amiga –y no voy con segundas ni con terceras–, de Zapatero y Ábalos, la compañera Delcy Rodríguez, se le ha caído un árbol encima y se siente muy dolorida, según ha comunicado el compañero Nicolás Maduro. Comparto el desasosiego. Años atrás, durante un vendaval de primavera, la rama de un roble en pleno renuevo se desprendió del tronco y cayó sobre mi hombro izquierdo. Y se han dado casos dramáticos en muchos parques de las grandes ciudades. Dada la cercanía de la compañera Delcy con el Gobierno de Sánchez, que se molestó en traer hasta España una multitud de maletas cuyo contenido desapareció como por encanto, nuestro enamorado ha decidido alargar hasta el martes el fin de semana de molicie. De viernes a martes, puente. Por fortuna, y según la misma fuente –Maduro–, doña Delcy se halla fuera de peligro, de lo cual me alegro desde mi perspectiva cristiana.

Pero una mujer que ha hecho tanto por el Gobierno de España, merece un reconocimiento de brazos caídos, y Sánchez aprovecha cualquier contingencia negativa para no dar con un palo al agua. Si de aquí al martes, a la comparecencia de su enamorada ante el juez y el árbol caído sobre Delcy se suma otra desgracia, Sánchez siempre tendrá la oportunidad, como máximo representante del Gobierno, de tomarse unas vacaciones solidarias para reflexionar. En los últimos días ha fallecido en Rabat la madre de Mohamed VI. Son tantas las cosas que Sánchez lleva en su corazón y su cabeza, que Albares le ha silenciado el acontecimiento y evitado el disgusto. Pero de haberlo sabido, nuestra ganso volador, no tendría reparos en acudir a abrazar a quien guarda, al alimón con el Mossad, el móvil extraviado, y añadir al puente unos días más de reflexivo asueto. Si bien, y de esto estoy completamente seguro, lo que le preocupa no es la caída del árbol sobre la frágil Delcy, ni el fallecimiento de la madre de Mohamed, que la ha tenido muy escondida durante los últimos años, sino la cita del juez a la señora Von Fundraisenberg, que no es responsable de los chanchullitos o chanchullazos que haya podido cometer gracias a su condición de amada esposa, porque el único responsable de sus presumibles pelotazos, es él. Tres días más de reflexión en La Moncloa aclarando si él es el culpable, o si ha sido ella, o si Barrabás, o si Aldama, o si Koldo, o si el rector de la Complutense. Y tres días me parecen pocos. Una semana, que sumada a la semana precedente, ofrecen un total de quince días sin trabajar.

Mañana, viernes, si Conde Pumpido no lo remedia declarando anticonstitucional que la catedrática tenga que dar explicaciones a un juez, puede agudizarse la cuesta hacia abajo del enamorado. Por no haber sabido controlar la afición a la influencia de Von Fundraisenberg. Se está cargando España y sus instituciones. Pero de eso se libra, sorprendentemente. Lo de la señora es distinto. Será la causa de su caída, como el viento ha sido el culpable del árbol que ha herido a doña Maletas.

Y quizá tengamos la suerte, los españoles, de que el puente reflexivo de Sánchez se convierta en unas vacaciones para siempre.

Un puentazo.