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Unas líneasEduardo de Rivas

Pedro en el palco y Begoña en el banquillo

El presidente lucía en la zona VIP una sonrisa radiante como si no fuera un hombre profundamente enamorado cuya esposa testificaba como investigada por la mañana

España ya está en semifinales. Milagro. Cualquiera lo diría cuando Luis de la Fuente dio la lista para la Eurocopa e ilusionaba menos que una campaña electoral. Pero en la primera fase jugaron como los ángeles, en octavos cumplieron y en cuartos ante Alemania se vistieron de equipo grande para clasificarse en el último segundo. Les faltó ir de blanco.

Ya decía Rajoy al inicio del torneo que, con esta España, no ser optimistas es de tontos... y de pesimistas. Pero cuando las cámaras enfocan a Sánchez en el palco uno pone a prueba su optimismo. Más que en el césped, la España de De la Fuente jugaba su verdadero partido contra el gafe del presidente, que lucía una sonrisa radiante en la zona VIP como si no fuera un hombre profundamente enamorado cuya esposa testificaba como investigada por la mañana. Pero no pasa nada. «Dientes, dientes, que es lo que les jode»... que ya lo decía la Pantoja. Y así se puede alimentar fácilmente que todo es un bulo provocado por el fango mediático de la ultraderecha. O de la fachosfera.

Hay que reconocerle al presidente su capacidad para aparentar que todo es de color de rosa a su alrededor. Y la de desaparecer en los momentos indicados. Cuando las cámaras se dirigían a su esposa en los juzgados, él se montaba en el Falcon rumbo a Alemania, como lo lleva haciendo cada vez que hay polémica en su legislatura.

No habría días suficientes en el calendario que Moncloa decidió publicar en el BOE la ley de amnistía cuando Pedro Sánchez se encontraba fuera de España. Igual que se ausentó cuando la propuesta se tomó en consideración en el Congreso, cuando se votaron las enmiendas y cuando se aprobó. Solo acudió unos minutos al hemiciclo para dar el «sí» al perdón de los separatistas y aplaudir una ley de la que renegaba meses atrás, cuando no necesitaba a los seis diputados de Puigdemont. Todo un maestro del escapismo. A ver qué truco se saca de la manga cuando sienten a Begoña en el banquillo.