Apoteosis de la desvergüenza
Una trama criminal a la que se le dio cobertura legal desde el Gobierno de la Junta, así lo señaló el Supremo y una magistrada discrepante del TC, para que los recurrentes, ahora exonerados en parte de sus condenas, que no amnistiados como pretenden hacernos creer, actuaran con impunidad
La frase apareció en las paredes de media España para evidenciar la corrupción allí donde políticos de uno y otro lado se lo habían llevado calentito: «No hay pan para tantos chorizos». Aplicado al escándalo de los ERE en Andalucía se habrían necesitado muchos silos de trigo para amasar el pan exigido por tanta chacina embutida con sus magras, tocino y pimentón. Mal que le pese al líder del PSOE andaluz, Juan Espadas, el caso ERE, por más «Lagarto Blanqueador» que le hayan aplicado Cándido y el resto de magistrados constitucionales de la órbita «sanchista», seguirá siendo el mayor escándalo de corrupción política de Europa, con un montante de 680 millones de euros dilapidados, defraudados, malversados, robados y desviados de su destino que era la formación y ayuda a los parados andaluces.
Y un estimable porcentaje de esos 680 «kilos», cerca de 100 millones, acabaron en los bolsillos de gente, directa o indirectamente, vinculada a «La PSOE», como se conocía al partido durante el régimen clientelar fomentado por el «chavismo» ( Manuel Chaves) y su «hijo» después (José Antonio Griñán), dada la facilidad con la que los militantes socialistas y sus allegados se colocaban en las empresas y chiringuitos dependientes de la Junta de Andalucía.
Insisto en el tema porque Juan Espadas se ha venido arriba tras el trabajito de Cándido y sus «mariachis» y en un arrebato de impostada dignidad ha presentado demandas por injurias y calumnias contra once dirigentes del PP y Vox. Justifica Espadas sus demandas en que estos dirigentes populares y voxeros, a pesar de la sentencia del desacreditado Tribunal Constitucional, insisten en «mentir y hablar de una trama corrupta del PSOE que montó un sistema para robar 680 millones de euros a los parados andaluces».
Es la apoteosis de la desvergüenza porque si no fue eso en su textualidad, lo que pasó fue muy parecido a eso: una trama criminal a la que se le dio cobertura legal desde el Gobierno de la Junta, así lo señaló el Supremo y una magistrada discrepante del TC, para que los recurrentes, ahora exonerados en parte de sus condenas, que no amnistiados como pretenden hacernos creer, actuaran con impunidad.
Ese proceder impune, por más que pretenda negarlo y ocultarlo la dirección socialista andaluza, permitió que setenta personas relacionadas con «La PSOE» recibieran sin derecho alguno, ni control que fiscalizara e impidiera el latrocinio, cerca de 100 millones de los ERE .
Está acreditado que suegras, esposas, hermanos, hijos y cuñados de políticos socialistas, militantes, alcaldes y ex alcaldes, consejeros y ex consejeros, además de sindicalistas, amigos del pueblo y empresarios fueron beneficiados con esos millones durante diez años. El balance y nómina escandalosa del puerto de arrebatacapas en que degeneró la orgía de dinero público de los parados andaluces desviado, defraudado y malversado, por más sentencias de parte que dicte la mayoría «sanchista» del Constitucional, se sustanció en millones destinados a un centro ecuestre que nunca se construyó, o para la compra de una finca donde estaba casualmente la casa del alcalde beneficiado, o en invernaderos y granjas de pollos inexistentes, o en comisionistas y conseguidores de las ayudas, como el ugetista Juan Lanzas, cuya madre decía que tenía bajo el colchón «dinero pa asar una vaca», o en las decenas y decenas de familiares de dirigentes y militantes de «La PSOE» que se acogieron como intrusos a los ERE de empresas donde nunca habían trabajado y alguno cobrando además una pensión de invalidez permanente, o el casi millón y medio de euros gastado en cocaína y copas por el difunto Guerrero y su chófer, cuyo pueblo sevillano El Pedroso, entre militantes y amigos intrusos de los ERE, trincaron más de tres millones de euros.
Esta corrupción documentada y perpetrada por socialistas y afines se gestó y desarrolló bajo los mandatos de Griñán y Chaves. Este último, tras presentarse como la víctima de una operación política urdida por el PP, la prensa y los jueces para expulsar al PSOE del poder, Sánchez en estado puro, ha tenido la insolencia y la cara dura de calificar su gestión al frente de la Junta, incluido ese período obsceno, como el más brillante que ha tenido Andalucía.
Y encima quieren que les pidamos perdón porque un Tribunal desacreditado y desprestigiado le ha hecho a Sánchez el trabajo sucio que él no se atrevió a hacer. Esto es, indultar a los condenados por el Supremo. Tampoco el ahora demandante Espadas apoyó entonces el indulto para sus compañeros como evidenció su rechazo y el del resto de senadores socialistas a firmar la petición. Cosa que se interpretó como un gesto evidente de ruptura con «La PSOE» del chavismo andaluz y de la corrupción que ahora pretende blanquear al calor de una contestada y criticada sentencia.
Un periodo que aún tiene causas corruptas pendientes en los tribunales como el caso de la extinta Fundación para el Empleo (FAFFE), otro misil contra la honorabilidad de las instituciones y organismos públicos, cuyo director general gastó 32.000 euros, también de los parados andaluces, en putas y copas pagados con una tarjeta 'black' de la sociedad pública. La fundación además está investigada, asimismo, por su entramado de contrataciones irregulares y por funcionar como una agencia de colocación de «La PSOE». Y de esto mucho conoce el indignado Juan Espadas porque su mujer fue una de las primeras enchufadas.
Así que menos demandas contra el PP y Vox que acabarán en la papelera, menos desfachatez y más vergüenza y discreción porque el «fondo de reptiles», señor Espadas, sigue abierto y desprendiendo mucho olor a podrido de aquella Andalucía gobernada por «La PSOE».