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Post-itJorge Sanz Casillas

«Vienen para pagar las pensiones»

Decir que el futuro del sistema depende exclusivamente de aquellos que cruzan el mar es engañar a la gente

Dos de las mentiras más vigentes sobre las cosas de comer en España tienen que ver con los impuestos y las pensiones, dos materias sobre las que casi todos tenemos opinión. Quien más quien menos ha visto una nómina o ha hecho una trimestral. Y quien más quien menos espera hacerse viejo cobrando sin trabajar.

La primera de las mentiras dice que los impuestos son para Sanidad y Educación. Una afirmación cuya formulación moderna (al hilo del cupo catalán) sostiene que, si hay que subir los impuestos para tapar el agujero, hágase. La pregunta es: si la economía va como un tiro, si estamos en récord de recaudación y tenemos la mayor cifra de ocupados de nuestra historia, ¿por qué hay que pagar más impuestos? Pues porque se nos ha ido la mano, respondo yo. Y no es de ahora. En junio de 2019, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (la Airef) publicó un informe según el cual, en España, se conceden cada año –repito: cada año– 14.000 millones de euros en subvenciones que escapan a cualquier control, es decir, que nadie audita ni dónde va el dinero ni el rendimiento que genera. ¿Quién estaba al frente de la Airef en 2019? José Luis Escrivá, hoy ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública. Anda que no se podrían contratar médicos y profesores con ese dinero. O incluso dotar de medios a la Guardia Civil de Barbate, para que no persiga al narco desde una barca neumática. O incluso ahorrarlo, y así no atracar a la gente.

La segunda mentira es que los inmigrantes que llegan cada día nos van a pagar las pensiones. ¿Las de quién exactamente? ¿La de Artur Mas, que cobra cerca de 100.000 euros al año? ¿La de los dos escoltas que por ley le acompañan y que se jubilarán a los 60 mientras yo tendré que aguantar hasta los 67 así me duela un pie, la espalda o el codo? ¿Qué pensiones van a pagar? ¿Las de los mil y pico asesores nombrados a dedo por el Gobierno que trabajan de ocho a tres? ¿Las del sector público, que de media cobran 900 euros más y se retiran antes que los trabajadores por cuenta ajena? Muchos camareros y albañiles vas a tener que importar de Mauritania para pagar todo esto. Por eso, decir que el futuro del sistema depende exclusivamente de aquellos que cruzan el mar es engañar a la gente.

Las pensiones, lamento recordar, no las paga el trabajador, ya sea de Toledo o Marrakech. Las pensiones las paga el empresario que, para que a su empleado le lleguen 1.500 euros cada mes, tiene que poner más de 2.500. Esa es la verdad. Las pensiones las pagan ellos, pero nadie legisla para ponérselo fácil. Y esa es la razón por la que vamos hacia un país de opositores, Netflix y botellines.