Fundado en 1910
Cosas que pasanAlfonso Ussía

Cuñadas

Lo extraño es que doña Kaorí, funcionaria de las Naciones Unidas, fuera apadrinada por Bolaños, Conde-Pumpido y el despacho Cremades-Calvo-Sotelo de abogados, para intervenir como fulgurante estrella jurídica en un foro

Hablaba don Antonio Maura desde su escaño en el Congreso. Un joven Maura recién estrenado en el parlamentarismo. Alguién preguntó: —¿Quién es ése orador tan brillante? —Es Maura, el cuñado de Gamazo. —Pues muy pronto será Gamazo el cuñado de Maura. Y así fue. Los cuñados son, en algunos casos, una fuente de disgustos.

Disgustada tiene que sentirse Lady Begoña Gómez, catedrática de Transformación Social Competitiva por la Universidad Complutense. Los pelotas que patrocinaban su cátedra inventada han decidido no renovar su interesada generosidad, y la Cátedra no ha sido renovada. Es una víctima de nuestra terrible y odiadora reacción ultraderechista. Los alumnos de Lady Begoña coinciden todos en elogiar la honda y frondosa sabiduría de la catedrática, víctima también de la brillantez de otra parienta.

En la intimidad del hogar del abogado Javier Cremades, los invitados a la cena oían arrobados a una comensal de aspecto oriental. Invitados de la altura intelectual de Conde-Pumpido, Bolaños y demás cabezas pensantes de nuestro actual panorama político. —¿Quién es ésta mujer tan brillante jurídicamente que nos habla? —preguntó un invitado. —Es Kaorí Matsumoto, la cuñada de Lady Begoña. —Pues muy pronto Lady Begoña será la cuñada de Kaorí Matsumoto. Y así es.

Doña Kaorí es cuñada de Su Augusta Yo Mi Persona, y de Lady Begoña, por estar matrimoniada con el profesor y gran compositor musical David Azagra, David Sánchez, hermano de Su Augusta Yo Mi Persona y, por ende, cuñado de doña Kaorí Matsumoto, que tiene nombre de jefe de escuadrilla del Imperio del Sol Naciente que atacó Pearl Harbour, provocando la intervención de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. Posteriormente, los americanos se vengaron de los japoneses de la manera que ustedes, mis querido lectores, y yo, sabemos.

Lo extraño es que doña Kaorí, funcionaria de las Naciones Unidas, fuera apadrinada por Bolaños, Conde-Pumpido y el despacho Cremades-Calvo-Sotelo de abogados, para intervenir como fulgurante estrella jurídica en un foro organizado por el reputado despacho de Madrid. Después se supo que doña Kaorí, además de la beneficiaria del palacete de Elvas –Portugal–, propiedad de nuestro nuevo Ataúlfo Argenta, mucho más inteligente que su cuñada, desaparecería del foro al intuir que su enchufe podría provocar un nuevo escándalo en la prestigiosa sociedad financiera de los Sánchez. Y Kaorí que te vi, Kaorí se ha desvanecido. No ha renunciado a sus bienes, pero no ha sido humillada como Lady Begoña, que anda sin promotores para seguir expandiendo sus lecciones magistrales de Transformación Social Competitiva. Los orientales aparecen y desaparecen por arte de magia, y cuando las metáforas se oscurecen, en Japón pasan años y años sin sacar la cabeza de las nieblas hasta que las aguas retornan a su cauce.

Pero todo tiene su lado bueno. Al menos, nos hemos enterado del origen y causa de ese toque armónico oriental de nuestro nuevo Manuel de Falla en sus composiciones. Me pondré en contacto con el abogado Cremades en los próximos días para que tenga la amabilidad y la caridad cristiana de fortalecer mis intuiciones.

Mientras tanto, Lady Begoña está sin cátedra y sin esperanza de renovarla. Diferentes sendas para las dos cuñadas. Lo de Kaori Matsumoto ha sido muy gordo.

Pero que muy gordo.