Es hora de que Occidente no se paralice ante las 'líneas rojas' rusas
Los occidentales, que intentan obligar a Ucrania a ceder territorio por la paz, deberían ser conscientes de lo que esto supone para la población: deportaciones, saqueos, violaciones, asesinatos, secuestro de niños y genocidio cultural. Rusia lo ha demostrado una y otra vez en los territorios ocupados de Ucrania
Regresando hace unos días de un viaje a Járkov, tuve la oportunidad de hablar con personal militar y civil sobre la incursión de Ucrania en la región de Kursk, en Rusia. Aunque a muchos les sorprendió la iniciativa, en general se acogió de manera positiva. Un argumento que oímos reiteradamente fue: «¡No encontramos ninguna línea roja en Kursk!» Se trata de un comentario en clave de humor acerca del miedo aparentemente interminable de Occidente a «cruzar una línea roja» que pudiera llevar a Putin a tomar medidas como el uso de armas nucleares. En Ucrania se viene comentando desde hace tiempo que esas líneas rojas no existen, o son puramente retóricas, ya que eran contraproducentes para los objetivos rusos. Existe una firme esperanza de que la misión en Kursk lleve el debate sobre las negociaciones con Rusia por un camino más realista.
Admitámoslo: actualmente, Rusia no está interesada en negociar y nunca ha presentado una propuesta de acuerdo creíble. Exigen la cesión de cinco provincias ucranianas, que suponen aproximadamente un tercio del territorio de Ucrania, así como la capitulación del resto del país. El portavoz de Putin, Peskov, lo formula claramente: Tenemos que alcanzar todos nuestros objetivos, ya sea mediante una «operación militar especial» o a través de negociaciones. Se está ignorando un componente importante para cualquier negociación, tener socios creíbles. Rusia ha incumplido todos y cada uno de los tratados y acuerdos que ha firmado en los últimos 30 años y que garantizan la soberanía y la inviolabilidad del territorio ucraniano y sus fronteras. Eso no infunde credibilidad
Aparte de las reivindicaciones territoriales, Rusia exige la desnazificación de Ucrania, lo que supone la instalación de un régimen títere al estilo de Lukashenko en Bielorrusia, así como su desmilitarización, es decir, dejar a Ucrania indefensa ante nuevas agresiones.
Los occidentales, que intentan obligar a Ucrania a ceder territorio por la paz, deberían ser conscientes de lo que esto supone para la población: deportaciones, saqueos, violaciones, asesinatos, secuestro de niños y genocidio cultural. Rusia lo ha demostrado una y otra vez en los territorios ocupados de Ucrania.
Pero, ¿qué pasa con el argumento de que Rusia está ganando en el campo de batalla? Esto a) es falso. Allí donde el frente se vuelve dinámico, Ucrania gana. En los lugares donde es estático, Rusia tiene ventaja con su superioridad en proyectiles de artillería y efectivos que utilizar como carne de cañón. Y b) no cambia el derecho internacional ni los crímenes de guerra que Rusia está cometiendo.
Rusia siempre intenta mantener la idea de que debido a su gran tamaño y numerosa población nunca ha perdido ni puede perder una guerra, por lo que apoyar a Ucrania es, de todos modos, un esfuerzo en vano. Pero, ¿qué hay de la primera guerra chechena (1994/96) que perdió contra una población minúscula y escasamente armada? ¿O la Guerra afgano-soviética de 1979/89? ¿O la Guerra de Invierno contra Finlandia en 1939/40? ¿O en general la Guerra Fría de 1945/91? Se puede vencer a Rusia y Ucrania lo demostrará.
Es hora de que Occidente no se paralice ante las 'líneas rojas' rusas, sino que establezca las suyas propias. ¿Y si cuando los misiles rusos alcancen el próximo hospital en Ucrania, se acaban las restricciones de armas occidentales para batir objetivos en Rusia? ¿O se aceptará a Ucrania en la OTAN si Rusia vuelve a amenazar con el uso de armas nucleares tácticas? Ese sería un idioma que Putin entendería.
- El Archiduque Carlos de Austria es jefe de la Casa Imperial de Austria y Real de Hungría