El Bernabéu estaba ahí antes que tú
Todos los vecinos, o sus padres o sus abuelos, eligieron vivir cerca de un estadio en el que imagino que ya sabrían que había fútbol y otro tipo de eventos
Hoy se verán las caras Atlético y Real Madrid en el Metropolitano. Los aficionados —en esta ocasión los colchoneros— disfrutarán de un gran partido de fútbol y de todo lo que se mueve a su alrededor. Porque ir a un partido no es los 90 minutos de juego, sino también el antes y el después. Llegar con anticipación y escuchar la música mientras se habla con unos y con otros a la vez que los jugadores calientan, tomarte el bocadillo al descanso con una música que ameniza la espera de la segunda parte… y por supuesto animar y gritar con los goles de tu equipo. Eso lo harán los aficionados rojiblancos este domingo, pero los merengues ya no pueden hacerlo en su feudo, donde al speaker no le dejan ya ni anunciar un cambio a un volumen audible.
El Real Madrid ha construido el mejor estadio del continente y parece que eso no le ha gustado a alguno que otro. Es un recinto top: cerrado, con videomarcador 360 y las mayores comodidades posibles, algo que beneficia no solo al club sino también a la ciudad. El hecho de que el club blanco invirtiera en la renovación del Bernabéu ha atraído a la capital a artistas de la talla de Karol G o Taylor Swift, cuyos conciertos dejaron en Madrid cerca de 150 millones de euros. De no haber existido el Bernabéu, la cantante americana no habría buscado acomodo en el WiZink Center o en el Metropolitano, sino que habría viajado a Barcelona o ni siquiera habría parado en España. Pero lo hizo porque existía el Bernabéu.
El campo del Real Madrid está en la Castellana desde 1947. Un 14 de diciembre se inauguró un estadio al que ningún edificio daba sombra y que ha visto cómo la ciudad ha ido creciendo a su alrededor. Ninguno de los que hoy residen en la zona de Chamartín estaba allí entonces, por lo que todos ellos personalmente, o sus padres o sus abuelos, eligieron vivir cerca de un estadio en el que imagino que ya sabrían que había fútbol y otro tipo de eventos.
Hasta la remodelación nunca había habido conflictos, pero de un tiempo a esta parte todo son problemas. Los conciertos se han cancelado, las obras del parking se han parado e incluso los puestos ambulantes de bebidas y camisetas han tenido que buscar otra ubicación. Todo por una serie de vecinos que podrían confiscarte el felpudo si haces un poco de ruido en casa y que no pensaron, por ejemplo, en que un parking en el Bernabéu, por mucho que molesten las obras, revalorizará la zona porque al fin se podrá aparcar.
El problema es que vivimos en una sociedad venida a menos en la que se va imponiendo la costumbre de llegar avasallando, sin respetar al que estaba antes que tú. Porque sí, el Bernabéu estaba ahí antes que tú. Y eso sin hablar de lo que fastidia que al de enfrente le vaya bien y de lo fácil que es ponerle al otro un palo en las ruedas. O del poco compromiso comunitario del que piensa que hoy escuchará un poco de música hasta las 12 de la noche y no que la ciudad ingresará millones de euros gracias a lo que está oyendo. Así nos va y nos irá, porque cada vez vamos a peor.