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DivisaderoAntonio Pérez Henares

La torpeza, el engaño y la infamia

Estamos asistiendo, aunque los abducidos se nieguen a verlo porque ya son parte de sus tropas, a la victoria del terror, de la maldad y del crimen. Porque el propio Gobierno de España quien ha urdido la trampa y cometido la infamia de acortar las penas y liberar cuanto antes a los más sanguinarios terroristas

Es muy cierto que la oposición en pleno, PP y Vox, han dado una patética muestra de descuido y torpeza al no percatarse de la trampa urdida por Bildu con el Gobierno de Sánchez para rebajar las penas y liberar a los peores asesinos de ETA. Ello merece la más dura crítica y la sanción a los responsables.

Pero ello no puede tapar, ni exculpar y aún menos favorecer a los urdidores del engaño y culpables de lo que es la más terrible de las infamias. Porque lo que están cometiendo Sánchez y sus socios de Gobierno es la más miserable traición a los asesinados por ETA, a los miles de victimas, a sus familias y al pueblo español que resistió con democrático coraje durante decenios el terror etarra. Lo que están haciendo es la más dolorosa, mendaz y repulsiva de las infamias de toda la historia democrática y la complicidad ya directa y dolosa con quienes tienen las manos y el alma manchadas de sangre que ahora ya también les empapa a ellos. Y cuando veamos salir jubiloso a Txapote y a la recua de asesinos, comprenderemos muy bien qué y por qué es y son quienes han votado y votan a Sánchez para que siga en el gobierno.

La evidencia de los hechos, la trama y el objetivo son tan obvias que no solo ya no se esconde sino que se alardea de ellas. Tan solo la retocan con un poco de maquillaje diciendo unos, en el colmo del sectarismo ideológico y la desvergüenza, que es por defender la igualdad y derechos humanos de los presos, y los otros que se hace por cumplir normativas europeas, cuando en realidad las sentencias reiteradas de los tribunales europeos han dicho lo contrario. La ultima vez cuando el Tribunal Europeo de Derechos Humanos avaló a nuestro Tribunal Supremo en 2018 y no vio razón para computar y descontar las penas cumplidas en Francia de sus condenas en España. Que es ahora la espita abierta para poder ponerlos cuanto antes en libertad y es lo que se ha tramado hacer entre Bildu y PSOE, reformando de tapadillo, colando con un engaño una enmienda en apariencia inicua pero que supone la reforma y abolición de artículos por la puerta falsa sin conocimiento ni informe preceptivo alguno de la Ley Orgánica 7/2014 aprobada durante el Gobierno de Rajoy que atajaba tal intentona por parte de los etarras.

En suma y para decirlo en román paladino y para entendernos en lo que hablan las gentes cada cual con su vecino esta infamia es el pago de un pacto político entre los albaceas políticos de ETA con Sánchez. Sacar de la cárcel a los mas encarnizados asesinos etarras a cambio de su apoyo para seguir en Moncloa substanciado en ayudarle a aprobar los Presupuestos.

Buscaron la forma de hacerlo ocultando torticeramente intención y manera. Lograron su propósito y se lo colaron a quienes tenían la obligación de vigilar y rechazar la intentona y se la comieron con patatas, dándoles la coartada que no hubieran tenido. Aunque a la postre la hubieran aprobado pero con las vergüenzas al aire y no como la van a aprobar ahora cogiéndolo por su ineptitud y descuido.

Pero ello no puede, desde luego no debe y sería una abominación el que así fuera, tapar el hecho y premiar a quienes lo han perpetrado y ahora van a ejecutarlo. Porque los culpables, orgullosos de su «hazaña» la exhiben y ya tienen hasta foto. Y puede que pronto incluso un cuadro del abrazo y el recibimiento exultante de los matarifes convertidos en héroes mientras sus víctimas son arrojadas ya no al silencio y al olvido, sino al vituperio y al desprecio.

Estamos asistiendo, aunque los abducidos se nieguen a verlo porque ya son parte de sus tropas, a la victoria del terror, de la maldad y del crimen. Porque es nuestro gobierno, el propio Gobierno de España quien ha urdido la trampa y cometido la infamia de acortar las penas y liberar cuanto antes a los más sanguinarios terroristas que hemos sufrido y para todo lo necesario, no para subsanarla, sino para consumarla hasta su último extremo.