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VertebralMariona Gumpert

Valencians en peu alcem-se

Si queda probado que Mazón es un inútil, el gobierno de la nación tiene en sus manos toda la parafernalia legal para arrebatarle el mando y ejercer un liderazgo único

Éste es, con diferencia, el escrito que más me ha costado pergeñar desde que llevo en esta profesión. Me excusaré diciendo que me ocurre por ser de Valencia, espero que la acepten con caridad, pues muchos otros compañeros son también de allá y están más que a la altura de las circunstancias. Lo único que se me ocurre decir es algo que ustedes ya conocen: mientras la gente desentierra muertos a paladas, un inepto (Mazón) y un psicópata (Sánchez) forcejean con el único objetivo de salvar su asqueroso trasero. Me alegra comprobar por redes que hay personas de todo tipo de ideología que son capaces de constatar esta realidad. Quizá ahí está el quid de la cuestión: los bofetones de realidad nos ponen a todos en nuestro sitio.

Un bofetón de realidad hará comprobar a muchos que, por más derechos que tenga uno, si no hay una «polis» que los garantice son papel mojado. Díganle a alguien de Paiporta o Massanassa que la Constitución dice que todo el mundo tiene derecho a una vivienda digna. ¿Qué digo vivienda? ¡Agua potable, comida caliente! Recuerdo hace unas semanas a izquierdosos comentando la esclavitud que representa el trabajo en una sociedad capitalista. ¿Qué creen que andarían haciendo en mitad de la naturaleza? ¿Creen acaso que el planeta es el Jardín del Edén?

A algunos de estos los he visto en redes criticar las múltiples iniciativas de la sociedad civil para acudir en masa a ayudar. Por lo visto, les parece indignante que lo hagan sin supervisión estatal. Les repelen las cuentas de twitter (@Espball y @revuelta_es) que mayor ayuda están proporcionando: gente que lleva tres días cargando camiones en Arganda de Duero con distintos materiales necesarios para limpar, y con bebida y alimentos. Llegan a Valencia, descargan, y vuelven a Madrid por más. Sin descanso. Financiado por donaciones anónimas de sus seguidores. ¿Cuál es el problema? Son fachas. El horror.

¿Qué decir de la avalancha de voluntarios que desde distintos puestos de la provincia de Valencia se acercan a arrimar el hombro? A todas las personas normales nos ha henchido el corazón. Se ha hecho viral el lema «sólo el pueblo salva al pueblo». Si lo cuentas hace unos años, ¿qué digo?, hace una semana, uno pensaría que es un lema izquierdista. Pero no, ha surgido de forma espontánea y es secundado por gente de derechas. O, mejor dicho, del espectro cada vez mayor de la gente que no se encuadra bajo lo progre.

Algunos ven en esto ramalazos anarquistas cuando, de nuevo, es sólo una constatación de la cruda realidad: nos crujen a impuestos en teoría para obtener lo mínimo. En este caso, lo mínimo ya no es educación y sanidad, ¡es protección! Todos esos meses que trabajamos para pagar el estado elefantiásico son un bofetón en la cara del habitante de Chiva que lleva días esperando a que llegue el ejército a ayudarle en lo más básico para la supervivencia.

No sé en qué va a quedar todo esto. Intuyo que, como mínimo, la cifra de fallecidos no bajará de los 2.000. Ojalá me equivoque. Estamos ante dos escenarios posibles. El peor, que la necedad de Mazón haga salir a Sánchez de rositas lo cual, por otro lado sería absurdo: si queda probado que Mazón es un inútil, el gobierno de la nación tiene en sus manos toda la parafernalia legal para arrebatarle el mando y ejercer un liderazgo único. No olvidemos que se peca por acción, omisión o palabra. «Si necesitan ayuda, que la pidan», la omisión hecha palabra, el cinismo hecho declaración, un psicópata con piel de cordero. Pero podría colar. Especialmente si esta semana gana Trump.

El otro escenario quizá corresponde sólo a mi imaginación calenturienta. Uno en el que el ciudadano medio sea capaz de recriminarle al gobierno dejadez de funciones en el peor desastre natural que hemos visto en décadas. Que deje de lado posibles causas, justificaciones o intereses partidistas y que sepa que del presidente de la nación se espera todo en situaciones como ésta. Que el votante habitual del PP entienda que exigir responsabilidades a Mazón no hará a Sánchez más bueno (ni al PP malo, si saben actuar en consecuencia).

Es mucho pedir, lo sé. Pero, dentro de la desolación, lo ocurrido estos días ha hecho que tenga grandes esperanzas puestas en la juventud. Jóvenes son los que se han volcado como voluntarios, jóvenes son los que están hastiados de quienes nos gobiernan (y les votan) y jóvenes son los que están liderando un cambio que ya se empieza a notar. A ellos y a todos los que están arrimando el hombro: gracias, de corazón. Y a la gente de mi tierra: ¡que no decaiga el ánimo! Valencians en peu alcem-se, que nostra veu la llum salude d'un sol novell!