La valentía de un Rey
Sánchez quería saber cómo iba a pasar a la Historia, pues ya cuenta con un avance: su imagen escapando de los reproches de las víctimas de las inundaciones
Ayer no fue un día más en la vida de España. Creo que la jornada del 3 de noviembre de 2024 va a quedar para siempre en el grupo de fechas singulares. No me atrevo a compararlo a la indignación que saltó en toda España el día del asesinato de Miguel Ángel Blanco, pero tengo para mí que ayer se puso en marcha una corriente de fondo que cuestiona muy seriamente la legitimidad de Sánchez, un político que ocupa la Moncloa sin haber ganado las elecciones, y que ha demostrado una escasa empatía con la ciudadanía que ha padecido la furia de la naturaleza como no conocíamos hasta ahora.
Sánchez quería saber cómo iba a pasar a la Historia, pues ya cuenta con un avance: su imagen escapando de los reproches de las víctimas de las inundaciones. Lo más lamentable, en una imagen ya de por si lamentable, es que el presidente huido califique a las víctimas con el insulto de «grupos marginales». Su comportamiento adquiere mayor reproche cuando es el Rey Felipe y su esposa Letizia quienes deciden quedarse, a pesar de la tensión registrada en Paiporta.
Felipe VI y la Reina Letizia demostraron ayer un arrojo y compromiso con el pueblo que Sánchez evidenció no tener. Por eso creo que desde ayer algo ha cambiado en la sociedad española, y tampoco tengo claro que sea algo bueno. Los Reyes dieron la cara y atendieron la indignación de los ciudadanos, mientras Sánchez huía.
Ese es el retrato que sintetiza el complejo momento que vive la política española: una nación gobernada por un hombre de escasas virtudes para el desempeño de una magistratura tan notable como es presidir el Gobierno de España. Esa frase suya –«si quieren ayuda, que la pidan»– le va a acompañar para siempre en azarosa biografía. Es algo así como aquel «Por qué no te callas» que Don Juan Carlos le dijo a Hugo Chávez. Sánchez puede sentirse orgulloso, pasará a la Historia, pero todavía no sabemos muy bien cómo. Lo de «que te vote Chapote» tampoco tiene desperdicio.
Ayer no fue un día más. Algo ha cambiado en España. Las tormentas y la ira de la Naturaleza seguirán, pero en nuestra historia el 3 de noviembre será ya una jornada muy especial. Recuérdenlo.